miércoles, 26 de mayo de 2010

Sin novilleros se caen hasta las divisas.


Varios de los lidiados ofrecieron posibilidades de triunfo y lucimiento a la terna novilleril, que ha demostrado no estar a la altura, especialmente ante un tercer animal de mucho motor, nobleza pastueña y dulces embestidas, cumpliendo en los tres tercios, sin venirse abajo y embistiendo en cualquier terreno del ruedo, por ambos pitones y ante el que Escribano no ha conseguido dejar más que un sabor agridulce, toreando sin templanza y dejándose escapar aquel novillo que sueña un novillero ansiado de triunfo. La novillada contó con justeza en la presentación y en las fuerzas, especialmente del primero. Sacó cierta casta que llevaba dentro para no doblar mucho las manos y no enmendarse al embestir a la muleta. Se les picó bien trasero y en varios puyazos además de cumplir recibieron de lo lindo. Arturo Saldívar queda a mi juicio como el más voluntarioso de la tarde, mientras de Casares queda la buena estocada que dejó al segundo…Escribano quedó en evidencia ante aquel novillo y debe de seguir preparándose por si algún lejano día le vuelve a salir uno de tal calibre para torear como aquel (y además, en Madrid y en feria). Destacar también y de valorar que entraron en quites (los novillos lo permitían) mientras que el figuroneo pasa de competencias y tampoco suele traer toros que aguanten un poquito más de ese mínimo establecido en la adulterada fiesta que tenemos.

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