jueves, 3 de junio de 2010

Para echar la tarde a base de capote


Sí, la pudimos echar con el capote puesto que a Morante le faltaron toros en la muleta. La demás parte de la terna si dispuso, Cayetano de un buen quinto, y Luque de un interesante tercero. Pues bien, la cosa quedó en capote, en el cúal aunque no olvidaremos nunca los lances eternos que el de la Puebla ha dibujado, no debemos olvidar que se deben al pique que alimenta esta Fiesta y que lo trajo Daniel Luque de manos de ese punto de arrebato que hace grande esto. Cayetano no quiso quedarse en menos y tras un buen recibo al segundo y tras pasar aquellos cuatro quites tan bellos, y el recibo de aquel cuarto, donde la media quedó insuperable y grabada, el pequeño de los Rivera, sacó a relucir aquella larga rondeña y el lucimiento siguió aflorando. ¡Que se repita!
La corrida sirvió en general apenas para la capa pues luego a excepción de aquellos dos citados y una descafeinada y en general mal realizada suerte de varas, se quedaban sin contenido; pero para qué queríamos toro en la muleta si los que ha habido se han ido sin torear...pues sí señores, para que el de La Puebla culminase con aquellas ganas su faena en Madrid. Para eso hace falta venir con toros. Aunque si luego al matar aquello hubiese quedado tal como la tarde en sí, de nada habría servido, puesto que no se habrían ganado triunfos algunos, al tratarse de seis estocadas en distintos niveles de catástrofe. Y lo dicho, pique y arrebato sí...pero menos vueltas rápidas y sin respaldo.

miércoles, 2 de junio de 2010

"El que apunta y no dispara"


Curro Díaz una vez más, aunque esta, acercándose más a su blanco, apuntó maneras, pero no llegó a disparar. Hubo verticalidad, pero no mano izquierda; hubo colocación, pero también pases sucios...la cosa iba con objetivo de que en Madrid se saborease la tauromaquia personal de Curro, con esos medios pases ceñidos, con la muleta retrasada, la figura derecha y la utilización del pico en los cites, pero sin afán ventajista. Aquellos que le propiciaron una oreja al inicio del serial. Ayer no llegarón a consumarse, y a aquel buen tercero de la tarde, dónde se quiso hacer bien desde el principio, tanto a las cabalgaduras, agarrando delantero, como a los rehiletes donde sacó su faceta mas personal y torera "Montoliú". A pesar de que no se llegase a afinar puntería con la de verdad, disposición por hacerlo bien si había, puesto que tras pinchar vino una estocada señora en la yema, con desarme todo sea dicho, pero por atracarse de toro. Hay que disparar, Curro.

Junto a los detalles toreros de Juan Mora, que también lo quiso hacer, esto y lo anterior fueron lo mejor de una tarde donde el descafeinado habitual parecía tomar otro sabor distinto, mejorando sin llegar del todo a hacerlo. De ello se encargarón varios ejemplares muy aprovechables de El Vellosino, que al ser cinqueños a excepción del primero, dieron un juego interesante. Genial también por la valentía no remunerada y la buena profesionalidad y arrojo con la que los monosabios se dejaron ver tras un caballo desarmado y en peligro.
La tarde siguió con su sabor amargo de manos de Javier Conde, que en nada se pareció ni quiso parecer a ese Juan Mora que se llevaba la de acero tras estar hecho un tío con el capote, aunque luego marrara lléndose a descabellar sin motivo. Aquel otro señor, de quién no sabemos, fue la genial idea de anunciarle, se dedicó a desaprovechar embestidas, a permitir la masacre en varas, y a dejar bajo el fango el nombre oficial de su profesión, a la que tanto deshonró con esas formas de fulminar cobardemente a sus más que oponentes, buenos colaboradores como el quinto. ¿para cuándo más cinqueños, y sobre todo, para cuándo carteles que no se emborronen de esta manera? Pues para cuando tengamos asegurado el cese a Taurodelta y una solución sobre la mesa para darle a La Fiesta el giro que se merece este crecimiento, que está apunto de arrancar las raíces.