domingo, 9 de octubre de 2016

Tanto peligro como nobleza, variada corrida de La Quinta con un Alberto Álvarez que dejó buena impresión


Buenasnoches abrió la tarde saliendo adormilado, toro serio y bien rematado que fue recibido con aplausos. Rafaelillo dejó ver bajandole las manos y soltando capote una embestida en la que se desplazó por el derecho, mientras que por el izquierdo se quedaba debajo. En varas entró con prontitud a una primera de la que salió coceando, de najas tras sentir el puyazo trasero que le señalaron, mientras que en la segunda se quedó a hacer sonar el estribo cabeceando con violencia, mientras le administraban una vara trasera con mucha saña. Llegó parado y medidor a banderillas, sin humillar en la brega y sin pasar por el izquierdo, queriendo tirar el gañafón incluso con el pitón de fuera. Buen segundo par de José Mora, al que le ganó terreno el cárdeno y pese a todo cuadró en la cara. La faena inició en el tercio, saliendo enseguida a los medios con la diestra, mostrando la res complicaciones, tobillero y con muy corto recorrido. A base de dejarsela siempre delante de la cara, peder pasos y estar siempre tapado, logró algún medio muletazo, viéndose un pitón izquierdo aún con mayor peligro en los remates. Por momentos se le subió a las barbas al ir a rematar la tercera tanda, recorriendo varios tendidos con la muleta por delante abaniqueando un gazapeo que eran arreones en cuanto veía el pavo la ocasion. Una serie más tras recuperar el control y estocada baja atravesada después de un amago de someterlo por abajo andándole buscándole los costados. Descabelló. Manso encastado. Se orientó enseguida, influyendo su edad en ello. Alguna palma en arrastre y división con Rafaelillo.

En segundo lugar salió Bailaor, fue recibido de capa con un buen ramillete de verónicas del diestro Ricardo Torres. En varas cabeceó con violencia, queriendo quitarse el palo, saliendo suelto, llegando a un tercio de banderillas en el que se  desmonteró Marco Leal tras un señor par, con exposición. En el inicio de faena se le coló, mostrando mucho peligro ya en los cites. No se entretuvo ni en poderlo ni tratar al menos de someterlo, lo despachó de un bajonazo infame y se encargaron de estamparlo a base de vueltas las asistencias. Fuerte bronca y ovación de castigo al astado, manso y con peligro.

Hizo tercero otro Buenasnoches, este pueda ser de la misma madre que el primero pero del siguiente parto, al ser este casi cinqueño. Su capa cárdena clara salpicada impactó al personal y lo recibió Alberto Álvarez con dos largas de rodillas de las que salió abanto a recorrer el anillo, viniendo después un buen abanico de lances a la verónica aunque sin poder ganarle mucho terreno por lo deprisa que volvía a tomar el siguiente. Quiso hacer un galleo por la espalda rememorando a tiempos de Joselito El Gallo, pero terminó por irse suelto a una primera vara muy caída en la llegó a romanear al tener tapada la salida. A la segunda arrancó por derecho desde distancia, llegando al peto con la cara alta, señalándole una vara trasera y siendo sacado al momento. Destacó Venturita con las frías mientras que se vio buena capacidad para humillar en la brega por parte del de La Quinta. Inició faena en los medios con un cambiado por la espalda, continuando por el derecho, por el que exigió colocación y repuso tras quedarse un poco corto en los muletazos. Optó el baturro por ponerse al natural, sacando varios muletazos enganchados con el vuelo rastrero de la muleta, con despaciosidad pero sin ajuste alguno, a una embestida noble y humilladadora, mientras que el animal le marcaba la mala colocación al ir a ligar los lances, por lo que no tontorrona. Volvió el coletudo a la diestra para terminar rematando con manoletinas, poniendo rúbrica con una estocada contraria tras pinchazo. Se complicó la cosa con el descabello, siendo prendido en una de las ocasiones. Buena disposición y buena muestra de capacidad para lo poco que torea Alberto Álvarez ante un toro medio que manseó en varas pero exigió en la muleta. Ovación en el arrastre y saludos.

Favorito fue el lidiado en cuarto lugar, salió algo huidizo y se le metió por los adentros a Rafaelillo en el que iba a ser el lance de recibo, teniendo que soltar las telas, que llevo hasta rajar el animal colgando del pitón. Lo paró después con varios lances, chicuelina y larga, dando el burel muestras de no mucha fuerza. Acudió al relance a la primera vara, muy caída a la paletilla, en la que se dejó pegar. Una chicuelina y un remate bastaron para dejarlo colocado y desde distancia arrancó pronto, aunque no se empleó en la también caida puya que le señalaron. Agarrado al piso y algo distraído llego a rehiletes aunque mostrando una embestida humilladora en la brega. Buen par de Álvaro Oliver fijando la tarda embestida. La faena comenzó pasándolo por alto de rodillas, saliendo después al tercio entre varios cambios de mano y un pase de la firma de buen trazo, llegando al tendido. Ligó varias tandas por el derecho, despegado y aliviando por alto cuando el animal le recriminaba la colocación con alguna mirada en la que con nobleza escogió el trapo. Al natural mayor profundidad de la embestida, queriendola tomar y repetir sin llegar a levantar la cara. Faltó apostar ya que regresó al derecho tras haberle dado una tanda corta con la zurda y quitándole la muleta de la cara. Tras otra tanda a derechas y tocarle las orejas antes de cuadrarlo, metisaca en el segundo sótano, por lo menos. No la soltó por el sitio en el que cayó, pero no le dio tiempo a volver a entrar a matar, fue fulminante. Palmas a este buen toro en el arrastre y silencio para el matador.

Camarero hacía quinto, su estampa despertó palmas, cárdeno facado, girón y calzado. De salida se paró tras la primera arrancada, tratando de orientarse de lo que había tras las tablas, sin tener claro a qué estímulo acometer. Ya decidido, lo paró con precauciones Ricardo Torres. Se arrancó a una primera vara con prontitud en la que llegó con la cara alta, bajándola después y mediendo riñones con fijeza, llevando contra tablas al caballo, llegando a romanearlo contra las mismas, demostrando poder y bravura. En la segunda tuvo prontitud desde la distancia pero salió suelto en tanto que fue citado. En la buena brega de Marco Leal se dejo ver un buen pitón izquierdo, además de fijeza y prontitud del astado. Empezó faena saliendo al tercio pasandolo por alto, rematando asimismo tras entre medias llevarlo por bajo. Por el derecho continuó, teniendo el astado buena condición, a media altura, con recorrido y repitiendo, arrancando con franqueza y entrega, con todo, con los riñones. Al natural vinieron varias tandas con tosquedad, brusco y sin llegar a potenciar las virtudes de una embestida noble y humilladora. Estocada arriba. Ovación en el arrastre para este Camarero, que demostró bravura en varas y entrega en la muleta. Silencio.

Fontanero cerró plaza con la jotica, salió con pies, Alberto Álvarez lo recibió con dos largas de rodillas y salió a los medios a la verónica, en unos lances en los que no llegó a humillar, saliendo suelto. En la primera vara cumple y cabecea, arrancándose pronto a una segunda vara de la que se repucha, entrando después a hacer sonar el estribo. En banderillas agarrado al piso y algo tardo, distraído. Buen par de David Blázquez. Inició faena con la diestra tras brindar a los empresarios entre pitos, toreando templado, asentado y firme, dando tiempos y tirando de las embestidas. Faltó ajuste por ambos pitones, pero una muy grata impresión por parte del aragonés. Por el izquierdo fue poco a poco desentendiéndose de la pelea este Fontanero, abriéndose hacia tablas y sin emplearse, aunque con nobleza. Lo mismo ocurrió por el derecho, tuvo lo que tuvo y duró lo que duró humillando y siguiéndo la muleta antes de desengañarse. El espada insistió en sacar algo más, pero tuvo que trastear para cuadrarlo y agarrar media estocada trasera y tendida tras un pinchazo y finalmente despacharlo con una estocada arriba. Se levantó ante el puntilero y sonó un aviso. Se amorcilló y se echó, volviéndo a levantarse para terminar por caer en una muerte encastada. Aún siendo manso, noble y escaso de casta sonaron palmas en su arrastre, siendo ovacionado el diestro.

Entretenido fin de semana cárdeno en La Misericordia, con muchos matices para analizar, esperamos repetir.

Rubén Sánchez.

Variada e interesante novillada de Los Maños, por encima de la terna


Con media plaza o poco más se celebró el primer festejo de la Feria del Pilar. Una novillada de la ganaderia aragonesa de Los Maños, variada de presencia, con cuajo y seriedad, en general por encima de una terna con poco rodaje.

Abrió plaza Fandanguero, abanto salida, se dio tres vueltas de reconocimiento al anillo que dieron después constancia del desgaste que producen. Blandeó una vez Pablo Aguado salió a recibirlo a los medios. Lo fijó al caballo con un galleo por la espalda garboso y eficaz; tras él, el de Los Maños tomó un puyazo caido en el que cumplió fijo. Buen quite a la verónica en el que muestra una embestida muy templada por ambos pitones y con muy buenas cualidades. Tomó con prontitud una segunda vara de la que lo sacaron enseguida, estaba picado. Isiegas replicó al quite echándose el capote espalda por ajustadas saltilleras cambiando el viaje y rematando por gaoneras, poniendo de broche revolera y brionesa. Aguado se picó pero tras el acierto inteligente de su compañero, que hizo un quite de bastantes lances, pero sin obligar por bajo a un burel al que no le sobraban fuerzas, le bajó las manos por chicuelinas y le hizo perder las manos, por lo que tuvo qud cortar. En Banderillas fue tardo, esperó y buscó tablas, teniendo que colocarlo además de sacarlo Rafael González, que con eficacia y suavidad lo realizó en una buena brega, destacando también un buen par de Azuquita. En la muleta tuvo cualidades de alta nota para el torero este Fandanguero, pronto, fijo, noble, humillador, codicioso, repetidor, colocando la cara y desplazandose pero, con poca fuerza. La faena la planteó con series largas en los medios, con algunas brusquedades y sin llegar a cuajar y sacar de verdad todo el potencial que artisticamente le brindaban las condiciones del astado. Sí que pudimos ver y disfrutar de la embestida, pues no se echó encima ni le enganchó la muleta, cosas que posiblemente hubiesen tapado virtudes. Remató al natural a pies juntos. Buena estocada algo trasera y tendida, que apenas hirió mortalmente al astado. Las asistencias le hicieron caer bajándole los capotes, sin dejarlo echarse por efecto de la estocada, por lo que al ir a apuntillarlo se levantó como era natural, pues tenía su casta y se enfrió la petición de una posible oreja barata para una actuación por debajo de una condición para encumbrarse. Ovación arrastre y palmas.

El segundo tenía por nombre Quejoso, muy serio por delante, hizo una salida briosa y con temperamento aunque siguiendo los vuelos del capote de Jorge Isiegas que lo recibió con una larga de rodillas. Tomó dos buenos puyazos en el sitio de Luciano Briceño tras ser bien puesto en suerte con un vistoso galleo por chicuelinas y la segunda luego puesto de largo, pero el animal hacia hilo hacia los capotes y no pudo lucirse. Ademas salió suelto de la segunda tras dejarse pegar en la primera. Quite lucido  por navarras de Salenc y buen par del tercero Lucas Benítez en un tercio de garapullos en el que Quejoso hizo hilo y cortó, cabececando en la brega. Inició faena el baturro en los medios, ligando varias series algo tosco pero entendiendo al animal y templando, dándole tiempos y llevándolo toreado. Al natural dando el medio pecho logró una buena tanda. La embestida por el derecho tenía trasmisión aunque a media altura, sólo humillando cuando iba obligado y levantando la cara al salir de los muletazos, costándole repetir. Por el izquierdo el recorrido es menor pero la sigue a media altura y repite. Remató al natural y lo despachó de un bajonazo infame. Palmas en arrastre y, ovación tras peticion.

Tostadino hacía tercero, de salida se arrancó al primer lance cruzado, desde medios a tablas, apretando, viéndose Adrián Salenc sin recursos, optando por soltar la tela y tomar el olivo de cabeza. Ya después en los lances de recibo, el santacoloma salió suelto de los lances, mostrando una buena embestida por el pitón izquierdo, humillando y desplazándose. En varas acude pronto y empuja mejor en la segunda que en la primera, aunque fue mal picado pese a estar bien fijado en suerte. Con los rehiletes vimos buenos pares y a un Manolo de los Reyes muy torero saliendo de la cara, el animal es pronto y hace hilo, aunque pega tornillazos en la brega. La faena no llega a tomar vuelo, dudas y acorte de distancias hicieron que fuese a menos y se parase, pese a un piton izquierdo que, sin mucho recorrido y pese a lo rebrincado del final de muletazo, era mas aprovechable. Por el derecho rebrincado y quedándose corto. Buena estocada. Leves pitos arrastre y silencio.

En cuarto lugar salió Secretario, ovacionado de salida, fue recibido de capa con celeridad. Echó las manos por delante y en las chicuelinas que intercaló le cortó el viaje, algo que junto a otros latigazos que le pegaba a cada lance hicieron que se cayese. Primera vara de largo acude pronto y empuja, trasera y algo caída. Segunda vara acude pronto a distancia con toda ventaja, bien hecha la suerte, citando primero con voz y brazo sin mover el caballo, consiguiendo que se arrancáse sin tener que provocarle demasiado, pero tras la arrancada, Mario Benítez marró su buen hacer, pues le falló la punteria y no agarro el puyazo. Salió suelto de dicho encuentro y nos dejaron sin ver una tercera entrada en la que tomase la segunda vara. Buen par de Rafael González con las frías, mientras que Azuquita sufrió cogida y fuerte paliza, pues con celo y saña lo buscó en el albero el morlaco. Faena a menos, con brusquedades, quitándole la muleta en ocasiones de la cara y acortando distancias a una embestida que por el derecho iba humillada y buscaba repetir, aunque sin abrirse, acostándose, llegando a tropezar al novillero que fue levantado del albero de un gañafón. Por el izquierdo le sorprendió, colandose y sin llegar a humillar, por lo que apenas tardó en regresar al derecho. Media estocada trasera atravesada. Leves pitos arrastre y silencio.

Hizo quinto Piedrabonito, que salió haciendo astillas en varios burladeros, como toda la novillada. Este fue el unico que se astilló, destrozándose sobre todo el pitón derecho, en parte por afán de los peones en asomar capote por la bocana haciéndolo rematar. Tras salir suelto algo abanto en los primeros lances, se fijó en cuanto salió a los medios, dejando entrever poca fuerza. Tomó una primera vara trasera al relance antes de llegar el montado a contraquerencia. Gazapón y distraído, la  segunda fue fuerte y también a relance citando desde dentro de las rayas el lidiador. Gazapeando siguió y creo desorden en la lidia, pudiendo verse dos buenos pares de mérito por lo que esperaba el astado. Inicia faena Isiegas pasándolo por alto y sale andándole a los medios, el morito cabecea y se queda corto por el derecho aunque sin malas intenciones, aunque dándole distancia logra el maño que siga la muleta y con inercia se desplace todo el muletazo, además repitiendo. Buen hacer este último pese a las complicaciones. Por el izquierdo uno a uno consiguiendo ligar al rematar la segunda tanda, la embestida tiene poco recorrido y una buena carga de nobleza, pues ni lo ha mirado pese a estar fuera de cacho en bastantes cites. La plaza estaba con él chaval. Media estocada atravesada y tendida la escupe. Oreja y ovacion al novillo.

El de la jota fue Beduino, un señor pavo, abierto de cara y rematado. Lo recibió Salenc con larga cambiada de rodillas, entrando al relance en varas en las dos ocasiones, siendo señalado solo en la primera. Protesta hacia el palco por no poder ver el tercio de varas. También se le recriminó al francés en el quite, al que se decidió tarde, ya con los peones dispuestos a iniciar el segundo tercio, que transcurrió mas eficaz que lucido, sin dejar que arrancáse de poder a poder al animal, algo gazapón y distraido. Inició faena el francés en los medios de rodillas a un novillo que pedía sometimiento y poderle antes que nada. Tras intentar lidiarlo mostrando tener escaso oficio en ello, sacó varios naturales desde fuera y hacia fuera. La siguiente tanda fue mas numerosa en pases y la embestida mejorando, aunque el quitarle por arriba la muleta a final de los pases no le vino nada bien. Ya con más confianza en una tercera tanda dejo la pata alante y al hilo dio el medio pecho, volviendo a un complicado pitón derecho, gazapón y por el que reponía, habiéndo llevado el animal al coletudo a terreno de chiqueros, dominando con su gazapeo, la situación. Vuelta al izquierdo donde se los tragó también alli entre las tablas y el espada, que no llegó a poderle y dominarlo. Esto le produjo complicaciones al matar, una faena larga y sin someterlo condujo a arreones tras pasarlo por abajo para cuadrarlo, dejando un pinchazo hondo en uno de los arreones, cuarteando, tras un pinchazo anterior. Volvió a agarrar un pinchazo caido, optando por descabellar sin haber matado al novillo. Beduino tuvo sus teclas y dificultades, fue encastado con notas de mansedumbre y quedó crudo en varas. No le faltó nobleza y cualidades tras sobarlo en la muleta para hilvanar una faena. Division arrastre. Silencio.

Entretenida e interesante tarde a nivel ganadero y con una terna que para su poco oficio trató de dar lo mejor de sí. Una lástima que no se acartelasen los más preparados de la novilleria. Mañana más con la de La Quinta.

Rubén Sánchez.

lunes, 3 de octubre de 2016

Pasajes de aquel Cid con los albaserradas y un buen Carpintero entre descafeinados Adolfos





4ª y última de la Feria de Otoño. Corrida de toros, 6 toros de Adolfo Martín, desiguales de presencia, sobre todo por las encornaduras y algo fuera del tipo de la casa, con mayor prominencia de morrillo y remate de riñones que los clásicos albaserradas. En cuánto a comportamiento en general faltó más casta, brío, viveza de la que se esperaba.

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Rafael Rubio "Rafaelillo", de azul y oro: Estocada y descabello. Saludos con fuerte división. Buena estocada tras pinchazo. Saludos.


Manuel Jesús "El Cid", de verde botella y oro: Estocada trasera volcándose sobre el morrillo en la suerte. Saludos. Estocada casi entera tras pinchazo. Saludos tras Aviso.


Morenito de Aranda, de catafalco y azabache: Pinchazo hondo tras pinchazo. Silencio. Estocada baja. Silencio.

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Abrió plaza Carpintero, bien recibido en tablas por Rafaelillo, en unos lances en los que el astado se abrió y no llegó a humillar todo lo habitual para su encaste, mostró un buen comportamiento en las tres entradas al caballo en las que recibió dos puyazos en regla y una primera vara muy fuerte en castigo. Metió en todos los encuentros los riñones aunque empujando solo sobre un pitón, llegando en el segundo a desmontar al piquero de la cabalgadura. Una pena que solo pudiésemos verle arrancarse en esa segunda entrada, ya que las restantes fueron a relance sin estar bien fijado. En banderillas mostró fijeza y prontitud, así como poder suficiente para aguantar la lidia pese al castigo recibido en varas, tan poco habitual en estos tiempos y difícil de aguantar por la mayoría de la cabaña brava. El inicio de faena fue muy torero llevándolo por bajo, sometiéndole y obligándole a alargar el recorrido de las embestidas, ligando a continuación dos derechazos con profundidad, aunque sin poder pegarle un tercero puesto que el animal se vuelve sobre las manos y repone, no habiendo perdido los pasos necesarios. El animal mostró su nobleza en una embestida muy humilladora ante la que la faena debió tomar un vuelo mayor, logrando ligar tres derechazos el murciano antes de que el burel fuese acortando su recorrido y buscando más los alhamares del chaleco que los tobillos y las zapatillas como los clásicos albaserradas. Buscó el pitón izquierdo logrando con tesón, aguantando y tirando de él, sabiendo quedarse colocado, varios naturales de uno en uno, rematando con un cambio de mano en el que puso torería, pero sin llegar a redondear una faena de mayor entidad vistas ciertas cualidades del animal, aunque sin restar méritos a su labor, puesto que no cabe duda que algunas de esas virtudes pudieron verse gracias a detalles de la misma. Carpintero fue despedido por la afición con una ovación de gala, no en vano fue un toro con fijeza, con la casta y el poder necesarios para aguantar tres varas en regla, sin mansear en ningún pasaje y con nobleza.





Sombrerillo fue muy diferente a su hermano anterior, abanto de salida, El Cid le dejó a su aire en el recibo, sin obligarle, pues aunque humillaba, las fuerzas iban medidas. Tomó una vara al relance en la que tras cumplir e ir a sacarlo volvió a arremeter contra el peto y le señalaron un segundo puyazo bien cogido en el que se dejó pegar, llegando a banderillas tardeando, distraído y haciendo hilo a los peones. El Cid le dejó ir y venir sin someterlo en el tercio en el inicio de faena, hasta que en la primera tanda, un cambio de mano algo mecanizado hizo al animal perder las manos, optando por centrarse a partir de ese momento, logrando ligar una buena tanda por el derecho, tirando de él y jugando con los cites, pues aunque humillaba, le costaba mucho repetir. Con la diestra consiguió meterlo en la muleta a base de exponer y aguantar una embestida que empezó a arreones y fue mejorando hasta que al verse podido, de vuelta al lado derecho, el astado buscó amparo en tablas. En el arrastre sonaron leves pitos por su mansedumbre, justeza de fuerzas y de casta y su poca entrega.





Sin muchos pies salió el tercero, Marinero de nombre, que distraído tomó la primera vara, perdiendo las manos al salir y tras ello tuvo lugar un simulacro de puyazo del que salió suelto. Como solo se caía las pocas veces que se empleaba, la protesta no tomó fuerza por lo espaciado de las caídas, pero además de parado, se desplomó ante los de plata, dejando nulas opciones para la muleta este manso, descastado e inválido que fue despedido con una buena pitada mientras trabajaba el tiro de mulillas.

Pecador tenía por nombre el lidiado en cuarto lugar, que salió con pies y fue recibido con una larga afarolada al hilo de tablas por el diestro murciano Rafaelillo. La administración del castigo necesario en el primer tercio fue ejemplo de uno de los grandes males que tiene el tercio de varas, pues mientras cumplía sobre un pitón en la primera vara recibió un castigo brutal, para luego únicamente señalarle en la segunda entrada, de la que salió medido de fuerzas; en vez de administrar el castigo en ambos puyazos. Llegó al segundo tercio cortando a los rehileteros y haciendo hilo, mientras que en la muleta su embestida fue a menos, puesto que de inicio al natural pudimos ver una buena tanda ligada, ya que se desplaza al salir de los muletazos y con humillación. Por el derecho apenas tenia recorrido aunque la virtud de humillar. En el arrastre hubo pitos a este manso que se dejó, aunque venido a menos.




Murcianito hizo quinto, un autentico pavo con toda la barba, cercano a los seis años que iba a cumplir en dos meses y con una tremenda arboladura. Además salió dormido, andando, inspeccionando el nuevo lugar en el que se encontraba, rematando en varios burladeros con mucha fuerza y afán de romperlos. En el recibo ya mostró un pitón derecho por el que a media altura se abría y desplazaba, en contraposición con el zurdo, por el que humillaba pero sin recorrido. Cabeceó apretando sobre el pitón izquierdo en la primera vara, mientras que tras ser bien fijado de largo para la segunda, cumplió con algo mas de fijeza sobre ese mismo pitón tras arrancarse galopando. En garapullos se mostró tardo y agarrado al piso, mientras que se vino arriba al inicio de la faena de muleta, en la que El Cid le dio distancia consiguiendo dos tandas de derechazos ligadas que calaron en los tendidos. En la tercera optó por acortar distancias y poderle, frente a la inercia de la distancia, llegando a afligir al astado, que se mostró sin celo alguno por el izquierdo, sin tan siquiera humillar en un final encimista en el que el depósito de casta estaba muy escaso. Su falta de entrega y su evolución a menos sembraron una leve división en el arrastre.



Cerró la tarde y la feria Jardinito, que buscó y midió de salida las tablas para intentar saltar, tomando una primera vara en la que metió riñones cabeceando, saliendo suelto del segundo encuentro. Tardeó y midió a los de las frías, llegando a la muleta sin entrega y sin humillar, aunque moviéndose, yendo y viniendo, facilitando una faena aseada que no tuvo lugar por la actitud de un Morenito algo apático, sin tesón por que aquello pudiese tomar cierto vuelo, optando por abreviar. Mientras fue conducido al desolladero sonaron pitos para este mansito sin entrega.



Pese a un primer toro de buena nota, se echó de menos la emoción propia del peligro que crean hierros como este en su corrida, de la que se esperaba más. El Cid dejó un buen sabor de boca por su disposición a lo largo de la tarde, mientras que Rafaelillo volvió a demostrar que lo suyo es la batalla y Morenito deja claro que sus triunfos son destellos frente a una regularidad.

Rubén Sánchez.

Esta crónica ha sido publicada con más detalles sobre presidencia y suerte de varas en www.eltoro.org

lunes, 6 de junio de 2016

Brillo de Rafaelillo al natural y un Ojeador bravo en varas en la entretenida miurada




28ª de Abono y última de Feria. Corrida de toros, 5 toros de Miura, desiguales de presencia, vareados y en el tipo de la casa, altos de agujas. Hubo un segundo ejemplar que por su conformación de pitones más paletona que playera debió tener otro destino. En cuánto a comportamiento en general faltó más casta de la que se esperaba, aunque mantuvieron el interés, apareciendo tanto complicaciones como bravura en algunos pasajes o la mansedumbre de inicio a fin. Y un sobrero (4º bis tras ser devuelto el primero y correr turno) de Valdefresno, basto de presencia y noble de juego.

Rafael Rubio "Rafaelillo", de nazareno y oro: Estocada caída que provocó derrame tras tres pinchazos arriba y escuchar un aviso. Saludos. Buena estocada. Silencio.


Javier Castaño, de nazareno y oro: Media estocada trasera a paso de banderillas tras dos pinchazos saliéndose. Silencio tras aviso. Estocada casi entera tendida, de efecto fulminante. Saludos.


Manuel Jesús "Pérez Mota", de corinto y oro: Estocada baja. Silencio. Media estocada baja. Silencio.







Tablillero fue devuelto por blando de patas y en su lugar se corrió turno y salió Tabernero, el que correspondía en cuarto lugar. Salió con pocos pies, midiendo, y fue un auténtico miura que tuvo por cada pitón ambas versiones, tanto el de cuello ágil que caza moscas como el humillador que trasmite y sigue por abajo la muleta. Pareció desplazarse en el primer lance de recibo capotero, pero según se sucedían los envites, se fue quedando corto, tirando gañafones a la tela del murciano, que con oficio y sapiencia supo ir sacando hacia los medios al astado, hasta pararlo, sin quedar nunca al descubierto, sin dejar que le arrebatase el capote. Un dominio que la plaza supo valorar. Cumplió con fijeza apretando sobre el pitón izquierdo en ambos encuentros con el caballo, donde se le señalaron arriba dos varas en regla, acudiendo pronto desde media distancia a la segunda. Banderilleó José Mora de poder a poder a un animal fijo y alegre, con prontitud y que hizo hilo hasta llegar incluso a prender a este hombre de plata cuando desde el callejón le entregaban el capote de sangre, viviéndose un momento dramático al poderlo cornear contra tablas, aunque afortunadamente no fue a mayores. Al inicio de faena, se coló por el derecho, mostrando que por ese pitón tenía localizado al torero y la cogida era inminente, buscando con sentido, mientras que por el izquierdo mostraba algo mejor condición, pero nada comparada con la que finalmente fue desarrollando, puesto que también el peligro y las complicaciones estaban patentes, lo que llegó a los tendidos, dando importancia y una gran trasmisión a cada cosa que el diestro era capaz de hacerle, así como entendiendo, respetando y valorando los tan reprochados recursos de ventaja no justificables en otras tardes y tan necesarios en esta. Rafaelillo captó las posibilidades de que el toro fuese a más por el izquierdo y alargase su recorrido, por lo que no dudó en echarse la muleta a la zurda para desde fuera ir encauzando la algo rebrincada, reponedora y exigente embestida, rugiendo los olés del público y llegando a componer la figura y fajarse en un tercer natural para el recuerdo. La faena siguió centrada al natural, ligando los muletazos y despertando la emoción, conectando. Mostró cabeza siendo variado en los remates, evitando los de pecho para no vérselas con el pitón derecho, con adornos por bajo que saboreó la parroquia. Remató a pies juntos trazando uno a uno los muletazos hasta detrás de la cadera, poniendo broche a una buena faena y frente a un toro que fue a más y que seguía pidiendo guerra aún tras doblarse para cuadrarlo. Perdió una oreja bien cortada con los aceros, aunque de haberse pasado de faena, las complicaciones hubiesen sido mayores. Tablillero fue despedido con una ovación en el arrastre.


Escribano impresionó con su capa cárdena salpicada a los tendidos de sol, tapando con ello y con un buen golpazo a uno de los burladeros su fea conformación de pitones. Barbeó buscando salida durante casi dos vueltas completas al anillo, en clara muestra de su mansedumbre. Sin que los de a pie lograsen fijarlo ni pararlo, le recetaron dos varas fuertes, de las que salió distraído. Destacó un buen par de Marco Galán y de Fernando Sánchez, siendo en la muleta un animal rebrincado aunque sin maldad, pero sin recorrido y cabeceando, con la cara suelta. Nada ayudó el recital de muletazos enganchados, dando salida por alto con brusquedad a mejorar la condición del cornúpeta, pero al menos el salmantino no se excedió alargando faena ni buscando corta distancia. El público juzgó al manso con pitos en su arrastre.




Sin muchos pies salió el tercero, Tahonero de nombre, que hizo astillas la barrera sin que se le citase, tras un recibo en el que quedó sin fijar por parte del gaditano Pérez Mota. Se dispuso Raúl Ruiz a dejarlo en suerte, recogiendo una ovación a su buena labor. Se dejó pegar y salió suelto, siendo bien picado arriba. Continuó Ruiz destacando en la brega, frente a las pasadas en falso y la poca eficacia de sus compañeros, que fueron enseñando al toro más de lo que debió aprender en banderillas. El animal llegó a la muleta siempre dispuesto a pelear, encastado y pronto, alegre aunque algo rebrincado, arrancándose a la muleta de Pérez Mota que le esperó sin probaturas aunque con precauciones en los medios. Allí vio lo que el animal era capaz de reponer, aliviando por alto los muletazos, defendiéndose más que pudiéndole, optando por cambiarlo de terrenos y cerrarlo a tablas. Fue duro de patas pese al bajonazo y fue despedido en silencio, su casta y complicaciones camuflaron su mansedumbre.


En cuarto lugar cambiamos de registro y salió un señor toro con hechuras de cruce casi industrial de producción cárnica , que fue con buen criterio protestado por basto a su salida. Aún así, el animal cumplió mucho más de lo esperado, moviéndose con prontitud y alegría toda la lidia. Cumplió en dos varas de ley empujando con fijeza aunque sin sobrarle poder, pues no abundaba la casta. En la muleta fue un toro que iba y venía, noble y soso, de buena condición, que necesita que el torero le ponga sal. Pero Rafaelillo, que pudo estar mejor con él, se limitó a acompañarle sin llegar a centrarse y plantear una faena. Sabía muy bien el murciano, y no le faltaba razón, que por muy bien que se pusiese, la gente había venido a ver otra película y no iba a servirle de mucho. Aunque solo le faltase la argolla en los ollares, la mole de engrasadas canales me sorprendió gratamente peleando en varas sin salir pitando y sin doblar una mano hasta la muleta, nada habitual en Valdefresno. Tampoco se rajó a tablas descarado ni a chiqueros. Quizá la receta sea un goterón de avileño. Pese a todo, fue despedido entre pitos. La gente había ido a ver otra cosa.




Barbeando tablas pendiente de los movimientos del callejón hizo aparición el quinto, de nombre Rivereño, que ya se quejó berreando de que le habían podido en el recibo capotero, en el que embistió echando las manos por delante. Quiso hacer bien las cosas Alberto Sandoval, señalando arriba, pero el animal salió venido a menos tras dejarse pegar en la primera vara, repuchándose de la segunda pese a acudir pronto. En banderillas se vivieron dos pares antológicos de Fernando Sánchez, que pusieron la plaza en pie, citando de poder a poder, andando en el cuarteo, asomándose al balcón... un gustazo. En la muleta el toro estaba ya muy venido a menos, llegando a perder las manos, se defendió llevando la cara alta. Javier Castaño anduvo parecido a como estuvo en el anterior, pero además quiso justificarse en una faena larga sin fundamento. El animal, descastado, manso y a menos, fue silenciado cuando partía tras el tiro de mulillas.





Cerró la tarde y la feria Ojeador, que mostró su impronta arrancando una tabla de la barrera con fiereza tras salir con nervio y pies de chiqueros. El miureño protagonizó un gran tercio de varas, acudiendo en tres entradas, metiendo en ellas los riñones, aumentando la distancia entre ellas, llegando a tomar la tercera con prontitud y alegría desde prácticamente los medios, en un buen gesto de generosidad del diestro Pérez Mota, que enseñó la bravura del animal a una afición que anhela tarde a tarde poder disfrutar de esta parte de la lidia. Una pena que no se sumase también el picador al éxito, ya que aunque fue ovacionado, lo cierto es que señaló los puyazos a cual más caído, por no hablar de lo poco que toreó con el jaco, poniéndoselo fácil la prontitud y fijeza del burel. Fue destacable verlo cumplir en las dos primeras varas al poco que le citaban, pero lo que puso a la plaza en pie fue ver como metía riñones en la tercera vara tras arrancarse raudo, en un pasaje muy emotivo. Continuó fuerte el diapasón con dos soberbios pares de Raúl Ruiz, al que además le cortó el toro saliendo de tablas a cuerpo limpio, en otra estampa muy torera y añeja su compañero tercero, Alfredo Jiménez. La faena de muleta transcurrió a menos, se juntaron las complicaciones del toro, que cabeceaba y reponía en su embestida con muletazos rematados por alto, sin asentar las zapatillas y entre muchas dudas. La plaza despidió en silencio a este último de feria, un toro bravo en varas y con buen nivel de casta.




Como colofón solamente queda resaltar y agradecer que una reivindicación de la afición durante tantos años, el poder ver una miurada en San Isidro, algo tan clave en la variedad que dé aliciente a una feria tan larga, se ha cumplido y esta es ya la tercera. Esperemos que vengan muchas más y que puedan vivirse con pasión por la emoción despertada en el ruedo.

Rubén Sánchez.

Esta crónica ha sido publicada con más detalles sobre presidencia y suerte de varas en www.eltoro.org