viernes, 30 de mayo de 2014

Petardo de El Pilar. Pena por la espada de Talavante.

A Talavante ya le ha robado la espada una oreja cada una de sus tardes.

La vacada salmantina inició la mecha de su petardo desde la presentación, nada de recibo para estar en Madrid, pero además tuvo el denominador común de la mansedumbre y la falta de fuerzas, muy acusada en algunos de los lidiados. Tampoco decían nada en la muleta, muy desentendidos en general y sin entrega, junto a alguno rajado. Tan solo Fantasioso-97 marcó una línea distinta. Detallemos la lidia toro a toro del encierro charro:

Fantasioso y su mirada noble, en los corrales, donde me gustó por la mañana.

"Cuadró muy en la cara José Chacón, en un par de mucha exposición"
Abanto y suelto en los primeros compases, blandeando y desentendido hizo aparición Resistente, primero de la tarde. Salió suelto de su primer encuentro en varas, al igual que del segundo, en el que cumplió algo más pero se marchó muy desentendido de la pelea. Faltaban las fuerzas y el castigo fue mínimo. Llegó al segundo tercio haciendo hilo y apretando a los adentros. Cuadró muy en la cara José Chacón, en un par de mucha exposición. También dejó buenos capotazos en la brega Javier Ambel, en los que se vio una embestida tirando la cara alta por el derecho y humillada pero sin apenas viaje por el izquierdo. Sentado en el estribo inició faena Sebastián Castella, pero se le marchó muy suelto a la marcada querencia que había tomado, el burladero del 10. Le buscó el francés, y allí prosiguió sentado, rematando por bajo una vez se incorporó, saliendo acto seguido a los medios, con la muleta montada. Tras cambiar a la zocata se le desplomó, teniendo dos banderilleros que ayudar a incorporarse al burel. Una colada al natural le llevó a cambiar de pitón, insistente, logrando ligar una tanda a media altura, poniéndose después mas que insistente, pesado. Lo mató de buena estocada tras un metisaca en blando.

Sebastian Castella. Silencio tras aviso.

Manso, descastado y flojo. Silencio.

"a su paso por arrastre, recibiendo allí una vara trasera, buscando el costado izquierdo del equino, durmiéndose sobre un pitón tras apretar en los pechos..."

El segundo de la tarde también salió suelto de los vuelos en el recibo. Tampoco su matador, José María Manzanares, hizo mucho ademán en salir a recogerlo ganando terreno, pues quiso que se lo cerrasen para poder lucirse a pies juntos, aunque no le quedó otra que salir a buscarle, dada la abanta condición del astado, que se paró enseguida tras los lances. Al relance se encontró con el caballo titular, que iba camino de contraquerencia a su paso por arrastre, recibiendo allí una vara trasera, buscando el costado izquierdo del equino, durmiéndose sobre un pitón tras apretar en los pechos del jaco. Sin pegarle, defendió el flanco izquierdo el jinete tapándole salida, costando sacarlo. Pero costándole no a su matador, sino al director de lidia. Manzanares no entra en Madrid ni a martillazos con su toreo de muleta, pero también le costará si descuida hasta ese punto la lidia de sus toros. En contraquerencia se arrancó con prontitud, pero apenas si se le señaló. Se lo llevó a los medios Talavante para quitar a la verónica, pudiendo ejecutar un solo lance por lo huidizo y desentendido del morlaco, que blandeó en el remate. Este marcó su querencia en sol, en las tablas del 5, reservándose y haciendo hilo. Rafael Rosa anduvo apurado con los palos, no resolviendo al sesgo o de dentro a fuera en vez de tener que cuartear en tan poco espacio. Curro Javier bien en la brega.
Inicio en los medios el trasteo, con dos series a derechas, siempre desde fuera, hacia fuera y muy separado, encadenando los muletazos, es decir, sin llegar a rematarlos para enganchar el siguiente. Con la izquierda más despegado si cabe, regresando al pitón derecho, en una tanda muy recriminada en una fuerte protesta. Tras rubricarla, buscó el bicho los chiqueros, y el matador fue detrás de él, pero no quiso saber nada de la pelea ni en aquellos terrenos, marchándose. Estocada baja.

Manzanares: Silencio

Manso, descastado y rajado. Silencio.

Buena media de remate, con el capote partío


Se protestó de salida el corrido en tercer lugar, un toro cinqueño al que faltaba cabeza, y que rajó el capote a Talavante en los lances ligados que hilvanó de recibo, ante la embestida más repetidora del toro salmantino. Blandito ya de salida, salió suelto tras tirar arriba la cara en el peto, sin apenas ser castigado. Apenas se señaló en la segunda y aún así la flojedad encendió la protesta, que fue bastante fuerte pero no atendida. Aquerenciado a tablas y parado se mostró ante los de plata, aunque con fijeza. Lo saco a los medios para iniciar faena, pero desentendido y sin entrega, siempre a media altura y tirando la cara alta al final del muletazo, hizo abreviar al extremeño, que metió la mano con habilidad en vista de lo poco que ayudaba el burel, dejando el estoque desprendido y trasero.

Talavante: Silencio.

Manso, inválido y sin entrega.

Javier Ambel pareando al cuarto


Potrico, lidiado en cuatro lugar, repitió a los lances de recibo, encontrándose suelto con el caballo de picar a su paso por el 10, donde tomó el primer puyazo, trasero y caído, sin apenas pegarle pese a taparle la salida. Repuchó y cabeceó el burel, que salió suelto y desentendido tras cabecear en la vara trasera que tomó en terreno opuesto a chiqueros, también blandeando al salir del peto. Desentendido, reservón, a media altura y tirando alto la cara ante los banderilleros, aunque algo de fijeza también mostrase. Algo más de entrega iban tomando sus embestidas al irse metiendo en la pañosa en el centro del platillo, defendiéndose sin embargo por el izquierdo. Acortó distancias con la diestra, pitón por el que terminó humillando y con algo de recorrido, pero sin decir nada. Muy pesado de nuevo en alargar el trasteo, pinchándolo curiosamente en la suerte natural, además muy fuera de rayas, queriéndole dar sin ser el caso, muerte de bravo. Mató tendido en lo alto y le tocó correr, pues perdió su defensa, la muleta.

Castella: Silencio tras aviso.

Manso, soso y noble. Fue a más en codicia y entrega, pero sin trasmitir.

Doblando una pezuña en este derechazo, muy escaso de fuerzas el quinto.

Suelto de los capotazos de recibo se marchaba el quinto, protestado de salida por su escasez de pitones, y lo sospechoso de ello, se fijó enseguida, blandeando desde primera hora, costando arrimarlo a jurisdicción de contraquerencia para que tomase la primera vara. Un traserazo fuerte y en el que apretó con riñones y fijeza al serle tapada la salida, saliendo con las fuerzas bajo mínimos, tocándole al alicantino hacer lidia paliativa, no señalándole ni con los cortes de la puya en el segundo encuentro con la montura de J.A.Barroso. No obedeció a los capotes al hacer hilo tras los peones. Bien Rafael Rosa en la brega. Tras iniciar por bajo se lo sacó a las afueras, teniendo que perder pasos y vaciarlos por arriba al querer torear al natural una embestida muy descompuesta y gazapona. Suavona por el derecho, bobalicona y siempre a media altura, sin poderle obligar, llegando a pasarse de faena, hasta que marchó a por la de verdad tras protestarle por el izquierdo viniéndosele al pecho. Como a su compañero, le tocó correr tras el pinchazo, pero más que por perder la tela, esta vez por soltarla al dar el toque fuerte abajo. Agarró después, tras pinchar de nuevo, media en buen sitio.

Manzanares: Silencio.

Manso, inválido y bobalicón.

La plaza sabía de las posibilidades del toro, y la ovación fue cerrada y agradecida en el brindis.

Humillaba en los lances de recibo el toro que mejor hecho estaba del desigual encierro, unos lances buenos de Talavante, que lo recibió muy dispuesto. Queriendo atender y cuidar la lidia, algo que mejora con respecto a muchas de sus actuaciones pasadas, tuvo un ejemplar que salia muy suelto y que hacía hilo, pero fue precioso el remate a una mano con que quiso dejarlo en suerte la primera de las varas. Cayó trasera. En ella cabeceó y lanzó gañafones fuertes, antes de que el extremeño hiciese un buen quite a la verónica. También quiso dejarlo en suerte a media distancia y con un remate, pero le hizo hilo y quedó más cerca de la raya, entrando a que apenas le señalasen, en la que de nuevo cabeceó. Javier Ambel puso un buen par por lesión de Valentín Luján, a un toro que habia llegado a banderillas con prontitud, alegría y fijeza en las embestidas, bien conducidas en la brega por Juan José Trujillo. Con la diestra inició la faena, algo trastabillado en tablas del 7. Pero lo bueno estaba por llegar, y en los medios, ligó una buena serie de derechazos, rematados por bajo, haciéndose presente la flojedad del morlaco. Quiso mostrar, lucir su buena mano izquierda, pero el pitón era el derecho, y pese a no ser mala la serie, salia a media altura del muletazo y sin mucho viaje, diciendo menos. Muy templada y limpia la que siguió, por el lado derecho, toreando con verticalidad y mucho ajuste, dando los frentes en el cite. Bajó un poco la intensidad al volver a la zocata, rematando por el lado derecho una faena justa y medida, enfrontilado de principio a fin para sacar los muletazos. Unos adornos y a por la espada. Pena de espada, pues ya le quitó una oreja en su primera tarde, la de Montalvo, y hoy otra con fuerza, y es que el pacense se está quedando fuera de muchas de las ferias a raíz de ser apoderado de forma independiente, y de lo que está apretando a sus compañeros compitiendo directamente con ellos en los carteles. Y sabe que tiene que pasar algo por cojones este San Isidro. Por suerte, le veremos igual o más dispuesto en Beneficencia, y con el alto voltaje de Fandiño y Juli, que tampoco se dejan ganar la pelea. Estocada tendida y caída tras dos pinchazos, el primero, en lo alto.

"con prontitud, alegría y fijeza en las embestidas, bien conducidas en la brega por Juan José Trujillo."

Mano baja en el derechazo.


Talavante: Ovación tras aviso.

Manso, noble y con calidad para la muleta. Justo de fuerzas.

Rubén Sánchez.
Fotos: Juan Pelegrín

jueves, 29 de mayo de 2014

Tomillero puso la casta. Tarde con matices en la de Ibán.


Tomillero-26


Decimonovena de abono. Corrida de toros, 6 toros de Baltasar Ibán: 

nº 23Camarito, cuatreño: Manso en varas, fijo y exigente en la muleta. Palmas. 
nº 26 Tomillero, cinqueñoEncastado, fiero y complicado. Silencio. Ovación. 
nº 78 Arbolario, cinqueño: Manso, noble y a menos. Silencio. 
nº 29 Costurito I, cinqueño: Manso, descastado y a menos. Pitos. 
 34 Mejicano, cuatreño: Manso, descastado y flojo. Silencio. 
nº 53 Costurito II, cinqueño: Manso, soso y a menos. Silencio. 

  • Fernando Robleño (Blanco y oro con cabos negros): Estocada en lo alto tras dos pinchazos. (Silencio). Media estocada algo caída. Mal con el verduguillo. (Silencio tras aviso). 
  • Luis Bolívar (Sangre de toro y oro): Casi media tendida. Descabella con tal de no matarlo con el estoque (Silencio). Media caída y tendida. (Silencio). 
  • Ruben Pinar (Verde hoja y oro)Media estocada algo tendida. (Silencio)Buena estocada (Silencio). 
  
Presidencia: D. Justo Polo Ramosque cambió con gran primura a banderillas, sin dejarnos ver toros con gran prontitud y fijeza el tercio de varas. Por no hablar de el segundo de la tarde, que se quedó crudo, pues apenas si le entraron las cuerdas en la segunda vara, y que pese a la petición de cambio de los matadores, debió exigir un poco más de generosidad para con el ganadero y los aficionados.  Casi tres cuartos de entrada en tarde fresca y lluviosa.


El serio y largo Camarito. También cayó buen chaparrón por la mañana.


La divisa madrileña ha presentado una corrida igualada y de presentación impecable, seriedad por delante, largos y con cuello, sin excesivo volumen, pero con gran trapío. Ese trapío que tiene cada encaste dentro de su morfología, una corrida entipada. Toro estrecho de sienes, algo agalgado y sin redondear, con aristas, pero musculado. El toro de Ibán. Una presencia que no dudó en ovacionar el público, pues tres de ellos así fueron recibidos, tocándoles las palmas en esa vuelta de reconocimiento del recinto en que se encuentran que dan las reses según salen. El sexto, más que despertar una ovación, lo que causó fue impresión, y como tal se escuchó en el coso. Además vino con reatas escogidas para la ocasión, tal como varios de los nombres mostraban. Nada más se puede exigir a un ganadero, que haciendo así las cosas pone todo de su parte para que cuaje un buen guiso. Pero ya saben aquello de Dios dispone...Y efectivamente tan laureado no pudo ser su comportamiento, aunque en ello juegan muchos detalles, que analizaremos mejor toro a toro. 

Buen recibo capotero de Robleño

Camarito abrió plaza, reponía y metía la cara en los vuelos del capote de Fernando Robleño, que dejó aquí lo mejor de su actuación, un ramillete de verónicas muy ligadas por lo repetidor del morlaco, rematadas con una buena media. Bien quedó en suerte para entrar al caballo, y aunque algo caído, era puyazo delantero. Arreón saliendo sueltecillo al cite del lidiador. Prontitud y fijeza para tomar un buen puyazo segundo, en el que hizo sonar el estribo. Suelto salió de nuevo al ver que lo citaba un capote. No tuvo demasiado celo en quedarse a empujar, ni tan siquiera a puntear o cornear el peto o el estribo. Por verónicas quitó Bolívar, pero a resaltar solo el remate de la media. En banderillas se dolió, mantuvo su fijeza y prontitud, enseñando un buen pitón derecho la buena brega de Ángel Otero. A la muleta montada en la mano diestra acudió pronto y al trote desde tablas a los medios, la faena se centró en el pitón derecho, pero pronto Robleño fue acortando distancias, sin lograr ligarlos con ajuste. El bicho, que también humilló por el lado izquierdo, aunque con un viaje más corto, era exigente, y no terminó de entregarse, buscando finalmente los adentros. El diestro sin estar mal, aseado, pudo estar mejor y sacar algo más de este toro, tuvo las series contadas, no pudo esperar tanto a querer poderle y torear con dominio. Preocupante, por cierto, lo poco y mal que ha visto la muerte a sus toros este San Isidro. 

Rabo erizado en el chocazo contra la cabalgadura


Luis Bolívar anduvo bien recibiendo a Tomillero, que humillando y reponiendo, tobillero cúal de albaserrada se tratase, supo darle sitio y torear por delante, ganándole siempre terreno y sacándolo hacia afuera, tratando de alargar sus embestidas. De media distancia, abierto para ser la primera, se arrancó pronto a la montura, donde se le señaló muy caído y trasero por parte de Luis Miguel Leiro, pero rectificando a buen sitio, donde administró un puyazo fuerte, con el toro muy fijo bajo el peto, encelado y apretando. De largo se vino a la segunda a poco que vio levantar la vara al piquero. Tampoco agarró el puyazo, y apenas si le señaló tras rectificar. Cumplió con la cara abajo aunque enseguida lo sacaron, sin mostrar el celo del anterior encuentro, del que costó sacarlo. Algo crudo quedaba el astado, pero el matador pidió paso a banderillas, y desde el palco no hubo impedimento alguno, por lo que vimos sus complicaciones, lo arriba que tiraba los derrotes y la que pasaron para cuartearlo los de plata. Al igual que su hermano anterior, también se dolió. Llegó a la muleta siendo un toro con muchas teclas, tirando gañafones con fiereza. El colombiano tuvo que tragar lo suyo para poder ligar sin que se la enganchase una tanda con la diestra, y que junto al molesto y peligroso viento, unido a la casta, llegó y trasmitió a los tendidos. Al coger la zocata el viento le descubría más, y el toro enganchó más la muleta, llegando a librarse de un envite al ser desarmado tras quedarse a merced a causa de una ráfaga. El toro no quiso nada con las tablas, siempre pidió los medios, y fue muy expresivo en los derrotes por arriba con que se defendió en la última tanda a derechas, que erróneamente se desarrolló perpendicular a tablas, y no en paralelo como quizá hubiese protestado algo menos. No llegó a romper el castañito Tomillero, tampoco le vinieron bien los acortes de distancia ni los terrenos del tercio. Un toro poderoso y duro, para haberlo visto en los medios, algo imposible con el vendabal que soplaba. 

Tomillero de largo en la segunda entrada.
Arbolario a media altura entre el diluvio


Arbolario tenía por nombre el tercero, un cinqueño que salió suelto de los lances de salida, desentendido y punteando en los vuelos. En su huida se encontró con el que guardaba la puerta, y se enceló con él tras repucharse. Bien le buscó las vueltas el jinete, no dejandole via libre en vista de ausencia de lidiadores pie a tierra en jurisdicción, lo cual indicaba que podía valer allí en aquellos terrenos el puyazo, sin gran afán de lucirlo frente a chiqueros, en vista de su fría salida. Un puyazo fuerte en el que apretó con la cara alta, y del que salió suelto. Le costó efectivamente, entrar en la contraquerencia, saliendo suelto tras apenas puntear el peto. Tan suelto y distraido como se comportó ante los rehileteros, que una vez tocaron a matar, lo cerraron en el 5. Caía una tromba de agua con fuerza, y Rubén Pinar dejó un buen inicio por bajo, continuando después con la zurda, lado por el que embestía a media altura. Por el derecho embestía con nobleza, pero sin llegar a humillar, quedándose algo corto, pero repitiendo muy fijo en la muleta. Una muleta, la del albaceteño que siempre citó oblicua y desde la pala del pitón que embiste, y que al perder pasos, se quedaba aún más descolocada, no llegando a sacar el de Tobarra lo que pudo tener por ese pitón, sin ser gran cosa. 


Ángel Otero volvió a desmonterarse


Tardó en salir por la manga del chiquero el que hacía cuarto, un toro que se paró enseguida tras el recibo. Apretó y romaneó en la primera vara, recibiendo un buen puyazo de Alfonso Doblado. Un romaneo insistente y poderoso, que llegó a dar con la montura en tierra tras tumbarla a base de recargar -pese a la buena doma del jaco, que echaba su peso al costado derecho-, como si de una hoja de papel se tratase. Bien en esta ocasión los lidiadores y el matador sacando al toro del caballo, ese capote tan a tiempo que pudo salvar de un percance al de oro, pues quedó atrapado comprimida la mona entre el albero y el peto. Desde los medios se arrancó a la segunda entrada, en un tercio de varas emotivo, echó por delante el palo, haciendo buena puntería, pero rebotó al no deslizar la vara entre la rigidez de sus dedos. Salió suelto y estaban ya sonando los clarines. Otro que se quedó sin ver, tapado por parte de su matador. Alegre y cortando terreno se arrancó hacia los banderilleros, saludando Ángel Otero una ovación, más por los fundamental, la ejecución, que por colocación de los palos, algo menos reunidos y en lo alto que la tarde anterior. Mostró una embestida humilladora y pronta por el derecho, con alegría. Sentado en el estribo, bajo el tendido 7, inició Robleño el trasteo, continuando en el tercio por el derecho, acortando pronto de nuevo el espacio entre el toro y él. Tampoco quiso nada este Costurito I con los tableros, prefiriendo las afueras. Pero el espada se empeñó en darle los adentros, parándosele y viniéndose a menos enseguida, abreviando en acercarse a por la de acero. Un toro que pidió otro planteamiento y otro terreno y que escondió el de luces también en la muleta. 


Alcón citando de frente al quinto


Bolívar volvió a dejar buena nota de su conocimiento y buena forma para salirse hacia las afueras y ganar terreno dando sitio al segundo de su lote, que también repuso con codicia sobre las manos, especialmente por el pitón izquierdo en los primeros compases. Ismael Alcón realizó la suerte con los pechos del caballo, citando y señalando en buen sitio los dos puyazos. Únicamente señalando, pues las fuerzas estaban muy justas. Salió suelto de ambos encuentros, y eso fue lo que le ayudó a llegar sin gran síntoma de flojedad a banderillas, -el no haberse empleado en el peto-. Pero fue en el segundo tercio, en cuanto quiso humillar por el izquierdo al capote que bregaba, cuando perdió varias veces los aplomos, tardando en incorporarse, lo que dio señas de su falta de casta, quedándose más reservón a los cites, tardeando y pensándoselo mucho. Gustavo Adolfo García destacó en un buen par de banderillas, y tras cerrar tercio inició faena el colombiano saliendo a los medios, pero ante una embestida suavona y parada, tan floja que no decía nada, aplomada y venida a menos, optó por despenarlo sin darse coba. 


Buenos lances de recibo del colombiano en sus dos toros.




Mató Pinar por arriba al sexto.


Cerraba el festejo Costurito II, que arreó con pies de salida, y ante el que Rubén Pinar dejo constancia de su buena agilidad tomando el olivo, pues más que tratar de emular a su compañero Bolívar, optó por soltar telas y brincar la barrera. Cumplió en las dos varas el precioso castañito, acudiendo de media distancia la segunda, por supuesto sin poder ver una tercera, y por si acaso se veía su pelea, fue sacado nada más llegar al peto en ambas entradas. No fuese a ser que el público se fuese a poner de parte del(os) toro(s). No se puso la plaza a favor del toro que le escondieron, pero tampoco del quite amontonado que el de Tobarra realizó por chicuelinas. El quite providencial de la tarde estaba por llegar, y es que Bolívar metió muy oportuno en el instante la punta de su capote, librando a Paco Cervantes, -que lidiaba-, de ser cogido tras tropezar en la cara del toro. Raúl Adrada, de la cuadrilla de Luis Bolívar, banderilleó tras la lesión de Alberto Martínez, que tuvo que pasar a la enfermería. Reservón y tardo este 53 en garapullos. Desentendido y soso para la muleta, saliendo con la cara a media altura, por encima del estaquillador. No le puso Pinar la sal que le faltaba, tampoco era sencillo. Al menos, lo mató de una buena estocada, en lo alto, y de las que cercioran de su buena colocación con fulminante efecto. 


Guastavo Adolfo García cuadrando en la cara


Tarde de Ibanes con muchos matices e interés, pero a la que faltaron tanto finales, como generosidad por parte de una terna que trató de evitar que hubiese posicionamiento en favor de los astados, pero que poco hicieron por lograr que el público estuviese con ellos, aún habiendo escondido varios toros. Una corrida de la que, cosas de la suerte y de los sorteos, estaríamos hablando de otra manera de haber echado por delante los tres últimos tras recoger los papelillos las cuadrillas por la mañana, pues; cuánto marca el ir a más, si se hubiesen lidiado el primero y segundo, en cuarto y quinto lugar. La cosa cambia. Ese ir a más que les faltó a los ibanes pero que pudo hacerlo el orden de la lidia. Cosas de la suerte. También el viento y el agua, pero detalles y circunstancias que dieron con el festejo que fue. La realidad frente a "lo que pudo ser", por ejemplo, en tiempos de éxitos ganaderos, cuando hace más de un siglo, eran ellos quienes decidían sin contar con más suerte que la de sus conocimientos, el orden de lidia de sus toros. Hoy, pese a todo el poder o sombras de despacho, afortunadamente, -unas veces para bien, otras para mal-, la justicia o la equitatividad , evitando supremacías y abusos, está entre dos sombreros. En manos del azar. 

Rubén Sánchez.
Fotos: Juan Pelegrín.

lunes, 26 de mayo de 2014

Ana Romero, cárdenos en la ruta del Toro

Serio y arrogante, este núm. 33 aguarda en Madrid como sobrero para alguna de las corridas de final de feria.

Entre Benalup y Alcalá de los Gazules, tierras cercanas al enclave de Los Alcornocales, provincia de Cádiz, se encuentra Las Cobatillas, a pocos kilómetros del Santuario de Nuestra Señora de los Santos, en término de Alcalá de los Gazules. Una finca con ligeras ondulaciones y poco arbolado, rica en humedad y alimento, como las que pueblan el paraje de la ruta del toro gaditana, que se distribuyen por los alrededores de Media Sidonia.

Las Cobatillas tienen además de alimento, las clásicas cercas de traviesa y alambre frente a los muros de piedra de la sierra de Guadarrama.
También conviven en el ecosistema junto al toro aves propias de humedales.
Doña Ana Romero Reguera, adquirió en 1958 el hierro que perteneciese a Antonio Pérez López de Tejada, y tras eliminar todo, forma su vacada con vacas procedentes de D. Alipio Pérez Tabernero y sementales de D. Joaquín Buendía. En la actualidad, las características de las reses de la casa, se mantienen fieles en su mayor parte al prototipo Buendía, más allá de los rasgos ibarreños dentro del encaste santa coloma que predominasen en los Alipios. Aún así, algunas capas negras entrepeladas, o cárdenas oscuras evidencian el origen.

Los eucaliptos también pueblan algunos de los cercados, proporcionando espesura y sombra.
Las capas oscuras dan nota de la base originaria ibarreña en hembras.
Este entrepelado también conserva algunos rasgos ibarreños.
A día de hoy se encarga de llevar la ganadería D. Lucas Carrasco Romero, hijo de la ganadera, logrando con esfuerzo, que un patrimonio genético no muy extendido en la cabaña brava, se mantenga. El de el toro de santacoloma.

Tres toros bajitos y parejos de la camada de saca, entre los eucaliptos.


Un esfuerzo que también conlleva trabajo en el manejo y selección, y que poco a poco ha ido dando sus frutos, tanto en la interesante corrida que lidiaron en la feria de Valdemorillo 2014, como la gran corrida que tuvo lugar en el Puerto de Santa María la pasada temporada.

Reposando (o rumiando) junto al pilar o la pila de agua.

No dudó en incorporarse para marcar su terreno y ver de quienes se trataba a nuestro paso.
La camada de saca para la temporada es la propia de una ganadería corta, y como tal, el número de cabezas para lidiar en corrida de toros estará en torno a los 16 machos. Pero no es tanto la cantidad sino la seriedad y la presencia de los mismos, cuyo tipo y trapío pueden apreciarse en las siguientes imágenes.

Muy en Buendía, bajito y hondo de pecho, redondeado desde el morrillo a la culata.
También descansaba este serio cárdeno.

Unos más serios, otros menos ofensivos por delante. Ambos en el tipo.
Enmorrillado y con la mirada afilada

Este serio 23 acompaña como sobrero al 33 para previsiblemente el final de la feria de San Isidro.
El ya famoso numero 33, engallado.
Lucerito junto al vallado.

Serio y playero, se nos venía, sin dejarnos visitar a su compañero de cercado.
Un tío, este 23. Chorreado en verdugo.





Mirada atenta del 33

Bragado, meano, girón y algo gargantillo. Accidentales muy Buendía.

Desde este blog, agradecer el extraordinario trato recibido de parte de Paco Gómez, mayoral de la casa. Suerte para la temporada.

Texto y pies de foto: Rubén Sánchez.
Fotos: Eva Morales y Torerilla