martes, 3 de junio de 2014

La de Cuadri no quiso caballos. Macetero puso la fiereza y la emoción

El confirmante Venegas dio la cara ante el desbordante Macetero, pero faltaba oficio.


Tarde de lunes, calurosa. Corrida de Cuadri, trajín de aficionados venidos de muchos rincones de España y Francia, se anuncia una ganadería muy esperada. La incertidumbre está ahí, ya que de los ocho presentados, tres han sido rechazados en el reconocimiento veterinario. Tampoco se tensionan mucho los ánimos al conocerse que habían venido refuerzos, un 36, que finalmente entra para completar la corrida, y un 24 que era un tío, y por lo tanto no habían dudas de que iba a lidiarse completa.

Si Salero mira aqui un poco a cámara, no pareceria tan cornicorto, y quizá ¿no hubiese sido protestado?


Pero ya no era la corrida que los ganaderos querían lidiar. Un encierro cuatreño, y algo desigual en la presentación, sin haber ningún toro escandaloso, pero no al nivel de estas últimas camadas al que estaba acostumbrado Madrid. Quizá el más discreto de presentación fuese el num 7, quinto de la tarde, que acusaba bastante el estrés y la perdida de volumen del viaje y la estancia en corrales, y que además tenía las puntas metidas para dentro. Pero ese no fue recibido con protestas. El criterio atendió, si es que hay criterio alguno, a protestar el segundo, num 17, un toro que bajaba respecto al primero, pero un toro normal, sin exageraciones, de Madrid, con su remate y su cara hacia delante; y el ¿sexto? sí, sí...se protestó al 25 que era un señor. Y lo peor de todo, es que parte del criterio viene de las fotos del apartado, en las que al estar de perfil y ser acapachados, la longitud de los pitones parece menor, ya que la punta queda a poca distancia de la testuz. Juzgar un toro por una foto ¡Sin comentarios!.

En conjunto no quisieron acudir al caballo, en la muleta ya sí que hubo para todos los gustos. También estuvo la casta presente en muchos pasajes de la lidia. Pasemos a analizar con detalle cada toro y la actuación de su lidiador:

Ribete prefiera los medios pero hacia el sol.


RIBETE-31: Lo recibía el confirmante, bien saliendo con él hacia los medios, llevándole y ganando terreno. Le pegaron fuerte y trasero en la primera vara, tapándole la salida, Apretó tirando la cara alta, y salió muy ahormado y parado. Tardeó para acudir a la segunda, ya que estaba más pendiente de acudir a los capotes. Hizo falta cerrarlo para que le arreasen trasero. Cumple y sale suelto, blandeando. Reservón en banderillas, sin llegar nunca a tablas al hacer hilo. Muestra una embestida noble, suave y con recorrido, humillando. Inicia faena el toricantano José Carlos Venegas más allá del tercio, ligando una serie a derechas, con el morlaco repitiendo, codicioso. El toro prefería los medios y los terrenos de sol, con muy marcada querencia. Siguió por el derecho, en dos tandas, y todo lo quería por abajo, punteando algo más, embestida encastada. Bien el jienense sin dejar que la enganchase. Tras pegarle otra por el derecho, por el que sacó recorrido y fue obediente, pero sin llegar a trasmitir de verdad pese a la ligazón, cogió la zurda y por este pitón faltaba entrega, algo más a media altura, pero dejándose con nobleza. Añadir también que le cambió los terrenos llevándolo más a sombra, nunca sabremos si consciente o no de ello, pues en donde él toro quería, hubiese trasmitido más, pero también exigido un esfuerzo mayor. Lo cerró en tablas y finalizó con manoletinas ¡de perfil! y mató en buen sitio, algo trasero tras un pinchazo.

José Carlos Venegas: Palmas. Por debajo del toro.
Manso en varas, encastado y noble en la muleta. Ovación.

Salero y su buen pitón derecho.


SALERO-17: Fue protestado mientras lo paraba Javier Castaño, la primera vara la tomó al relance, agarrándose como pudo el picador, trasero. Salió suelto de la segunda, algo delantero el puyazo y sin pegarle. Blandeó. Mostró en la buena brega de Marco Galán un buen pitón derecho, pero ante los rehileteros se hizo el reservón, esperándoles y tirando alta la cara. Dos pares colocaba Fernando Sánchez, haciendo de tercero David Adalid. Los tres pares tuvieron mérito por lo que andaron al toro antes de cuartearlo y provocarlo, y al hilo de tableros, resultando el mejor sin duda el que cerraba tercio que colocó el patillas. Saludaron una ovación. La faena inició por bajo, pero vaciando por arriba las embestidas, continuó por el derecho, consiguiendo cogerle un poco el aire a la tercera tanda, tenía recorrido, trasmisión y obedecía, pero a media altura, sin llegar a humillar. Por el izquierdo si humillaba, pero el viaje era mas corto, por lo que volvió a la diestra queriendo torear con la muleta tan alta que no lo admitió el burel. Estocada casi entera, tendida y caída. Un milagro que tal como se salió de la suerte, entrase tanto el estoque.

Javier Castaño: Silencio. Por debajo del toro.
Manso y justo de fuerzas en el caballo. Buen pitón derecho en la muleta.

Uno de los buenos lances en el recibo.

DISEÑADOR-33: Gazapón se quedó tras un par de buenos lances en el recibo, trasera y fuerte la primera vara, en la que apretó y cumplió. Tras dejarlo en suerte a media distancia, muy torero a una mano, como en el anterior puyazo, el cuadri se cerró hacia los capotes. Trasero y fuerte le quisieron pegar, pero se repuchó. A los de plata les hizo pasar lo suyo, pues se vino arriba y les complicó las cosas, reservado en sus arrancadas, apretando a tablas y tirando la cara muy alta. La lidia tampoco ayudó mucho a que los problemas disminuyesen, sino que fue tan nefasta, que los aumentaron. Llegado a la muleta, el astado no llegaba a pasar, gazapeando y pensándoselo, además de algo rebricado al tomar los muletazos. Complicado y orientándose, por el izquierdo tampoco dejaba opciones de lucimiento. Iván García debió al menos doblarse con él, buscarle los costados y tocarle las orejas, al menos para descolgarlo y someterlo de cara a la suerte suprema. Petardo a espadas, siempre saliéndose y terminando a golpe de verduguillo tras cuatro pinchazos al no ser capaz de matarlo como se matan los toros, a estoque.

Iván García: Silencio tras aviso.
Manso en el caballo, complicado en banderillas y en la muleta.

Recibo a la verónica de Castaño.


COMANDANTE-36: Se fijó de salida con nervio en los que aún con el toro ya salido de chiqueros, caminaban por el tendido, siendo espectacular el choque contra la barrera y la manera de perseguir unos metros con la mirada fija en un vendedor de bebidas, qué también se pasean sin importar la lidia, ¡como en las portátiles!. Brío sacó también al repetir en el capote del salmantino, que hilvanó varias verónicas, rematando con una buena media a pies juntos. De cerca tomó el primer puyazo, algo trasero, pero en el que a pesar de romanear, no abusó Tito Sandoval. Para la segunda fue colocado a distancia, tardeando, escogiendo a los capotes, llegando al de Marco Galán, su lidiador, por apartarse todos los demás, que no quisieron saber nada, ya que a ellos no les tocaba. Lo dejó el manchego en la raya, con un buen capotazo. Tito levantó el palo y el cuadri se marchó suelto, interviniendo en el quite Iván García, que fue por verónicas y las hubo buenas, dejándolo en suerte con una buena media. Bien por Castaño que enseñó el toro en una tercera entrada, aunque fuese sin pegarle. Pero su generosidad no la compartió el burel, teniendo que cambiarse de tercio ante lo tardo del animal. Volviamos al orden habitual en banderillas, con Galán a la brega, brillante ya que se le venía alegre y pronto; y con Adalid colocando dos pares, ambos de merito ante lo reservado y aquerenciado a tablas que se mostró ante ellos el morlaco, al igual que el puso Fernando Sánchez. En la muleta tuvo alegría por el derecho, abriéndose y punteando al final del muletazo, mientras que a izquierdas tiraba algo más alta la cara en el muletazo. Terminó por defenderse, tras una labor un tanto basta y descompuesta de Castaño, que le recriminó la plaza. Estocada trasera, en lo alto.

Buena media a pies juntos.


Javier Castaño: Silencio.
Manso, encastado y a menos.

TEJEDOR-7: Tardeó en la segunda vara tras salir suelto de la primera, la suerte fue ejecutada de manera extremadamente ventajista, caminando incluso de costado hacia el toro con el jaco. Ante los banderilleros tiró la cara alta, y tampoco se empleó en la muleta, además sin decir nada, muy parado y soso. Iván García, que no tuvo lote, lo mató desprendido y en lo bajo.

Iván García: Silencio. Tuvo el peor lote.
Manso, soso y a menos. El de menos contenido de la corrida.

Volteretón de José Carlos Venegas


MACETERO-25: Tuvo pies de salida, más de lo habitual en la salida flemática de los toros de esta casa. Tampoco su badana ni papada correspondía al clásico cuadri, sino que se trataba de un toro en el que predominaba más bien lo ibarreño. Se paró enseguida tras los lances de recibo, derribando después con poder en la primera vara, acudiendo muy fuerte hacia el penco al ver al picador levantar el palo, tras tardear bastante, ante la desconfianza del picador y del caballo, que tiene sus teclas para ir hacia delante. Cambiaron de terrenos, llevándose el caballo hacia el 5-6 para la segunda vara, en la que se aproximó al peto, espero para arrancarse a casi tener la puya encima, y se repuchó con la cara alta tras sentirla. Se quedó crudo. En banderillas contrastó el buen hacer de Joselito Rus a la brega con los pares a la media vuelta de Ramón Moya, que cabrearon al toro una barbaridad, ya que le sorprendían, no sabia de donde le caían los arpones al no dejarse ver el rehiletero. También en contraste con Vicente Cabanes, un tercero que echó la moneda al aire y se la jugó, cuadrando en la misma cara, con el toro apretando. El toro embestia alegre a los capotes, se estaba viniendo a más, pero no llegamos a pensar que dejarlo tan entero fuese a conseguir que sacase la embestida fiera, encastada y nerviosa que sacó en la muleta, repitiendo codicioso y con gran acometividad, con una emoción que se salia de la plaza...El jienense se puso a torear sin probaturas previas, y tras avisarle durante los muletazos que ligó por el derecho, le prendió muy feo tras el de pecho con el pitón izquierdo, volteándolo fuertemente. Volvió a la cara, continuando la emoción y tragando al natural, consiguiendo ligar una tanda, desarmándole en la siguiente y casi cazándole de nuevo. Venegas dio todo, se puso, y estuvo lo mejor que podía estar, pero no tiene el oficio que exigía un toro de casta desbordante como este. Un ajustado adorno y media estocada algo caída.

Santiago Morales siendo derribado. Sobre este caballo adjunto una nota.

José Carlos Venegas: Ovación antes de pasar a la enfermería.
Manso en varas, poderoso. Complicado en banderillas. Muy venido arriba y de casta desbordante en la muleta, con un buen pitón izquierdo.

Nota: El caballo del que tanto se habló, que picaba sexto de la tarde, Cachorro, lleva años toreando y está ya algo orientado. Tiene sus teclas y sus problemas, pero sabiendolo llevar y teniendo la capacidad de hacerlo a su manera, ayudandolo con el ramal y sin tocarlo con la espuela, se le puede llevar hacia el toro. Cuando le toca la espuela como hacía Santiago Rosales, el caballo no avanza al interpretar que el toro está cerca. Algo parecido hizo al picar el primer toro, al haber sido espoleado en el camino hacia la zona de contraquerencia. La fuente de esta información es Pedro Iturralde, picador de toros (vía twitter).

Al hilo de la corrida también resaltar que hay que tomar medidas ante los dos espontáneos anti que se tiraron al ruedo a la muerte del 4º, sorprendiendo a la autoridad, que se limitó a mirarlos mientras esperaban órdenes. La legislación o la directriz de intervención debe de modificarse, estableciéndose permiso para reducirlos también dentro del ruedo. Quizá lo más eficaz seria prevenir, es decir, mirar en las mochilas de los espectadores al cortarse la entrada para comprobar que no porten ninguna pancarta o similar, y evitar así su acceso a las plazas, tal como ocurre en algunas plazas francesas.

En la de El Montecillo Abellán hecho un tío, pero la casta desembocó a genio y mansedumbre.


También a colación de la aparición de casta en el ruedo, me gustaría matizar la corrida de El Montecillo lidiada el pasado viernes y de la que me ha parecido leer juicios positivos en cuanto a su casta, lo cual es algo francamente sorprendente. Según lo que yo ví y que apunté en mis notas, una corrida que sacó la casta desembocando hacia el genio, la falta de entrega, el no emplearse y la mansedumbre, por no hablar del descaste de alguno de los lidiados. Nada que ver con la casta que rompe y desemboca en codicia y repetición, acometividad. Abellán hecho un tío, eso sí.

El segundo de Montealto romaneó de verdad, echándoselo encima.


Respecto a ayer también comparar el derribo en bravo del segundo de Montealto lidiado el domingo con el derribo del sexto de cuadri. Ambos con poder, pero el de Montealto tomó la vara y tras recibirla se echó el caballo literalmente encima, dandole la vuelta al revantarlo, nada que ver con tirarlo en el chocazo. Y este se dejó después allí la vida apretando, llendo luego a menos; mientras que Macetero se marchó y fue despues a más. Por otro lado el quinto de Montealto sí fue a más, tras blandear y mansear en varas, trasmitiendo sus embestidas a los tendidos, templadas, más lentas que la acelerada muleta de Alberto Aguilar, que cortó una oreja clamorosamente solicitada tras estar por debajo del toro. Alguien le hizo cambiar de suerte contraria a natural al saber que así le ayudaria mas el toro, y lo cazó un pelín caído descubriendo bien la muerte.

A ver que tal la de Adolfo.

Rubén Sánchez.
Fotos: Juan Pelegrín.

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