viernes, 30 de septiembre de 2011

Barcelona, tarde emotiva para el recuerdo (24.09.11)

La  tarde comenzaba con el himno catalán durante el paseillo, tras el cual, los gritos de Libertad y una sonora ovación hicieron saludar a todas las cuadrillas en tercio, junto a sus correspondientes jefes de filas:
Fotos: Torerilla
La tarde andaba un poco nublada, y la corrida de Núñez del Cuvillo anduvo muy floja y hubieron de cuidarla bastante, además teniendo en cuenta que más que dos corridas parecieron lo que eran , dos festivales de despedida. Manera de decir entre líneas, que podrían haber programado para finales de temporada, teniendo en cuenta la buena climatología de la capital mediterránea, un gran festival con todas las figuras presentes y chicos de la escuela de la tierra. Quizá hubiese habido más rigor en estas dos corridas.


Se picó poquito y mal, y había muchas prisas por cambiar a banderillas de cualquier manera. Morante se justificó con el primero, pues el material se acabó enseguida. Pero ya había dejado sabor con su capote minutos antes.

El Juli sorprendió con el capote, el cuál ha ido mejorando esta temporada, y después una vez le aguantó su oponente para la muleta, el cuál tuvo algo, pues lo dejó crudo en varas, tuvimos la suerte de que el toro se le acostaba y los lances eran bastante mas ceñidos de lo habitual, acompañados de su buen conocimiento de terrenos y su largura y ligazón.



Mató como suele hacerlo, y el toro rodó enseguida, lo cual propicio la petición.



Julipie.


La corrida del sábado tuvo mas presencia que la del domingo. (Toro para Juli)

Manzanares topó con un manso, de los que se mueven y se dejan, pero anduvo algo desconcertado en cuanto al tema de terrenos, sobre todo en la suerte suprema, en la cual, tras haber llegado hasta chiqueros porque así lo pidió el animal (ha de ser al revés, el torero llevará al toro donde él crea, nunca el toro al diestro) Y le puso mirando a chiqueros, hasta ahi la cosa iba bien. El problema vino cuando quiso ejecutar la suerte recibiendo...a un toro que apenas se movía... Al tercer intento tras cuadrarlo por segunda vez el animal humilló, pero no llegó a pasar, y el estoque no estaba donde devío quedar.


La segunda parte del festejo continuó con un Morante que mató de un golletazo cuarteando nada mas machetear, con arte, pero en eso quedó la historia. Julián anduvo en su línea y Manzanares dejó pinceladas de buen toreo en muchos remates y muletazos.

Lo más gordo de la tarde llegó del arrebato de un Morante que debió de pensar que despidiéndose de la Monumental con un macheteo, y unas exquisitas verónicas con media interminable para el postre en el quite del perdón, no era suficiente para honrar a la afición y a la plaza. Tenía que dejar el sello.    
Y regaló un sobrero de Juan Pedro. Apenas si se tenía, pero con sumos cuidados, lograron poner a la parroquia de acuerdo. Los lances del recibo quedaran marcados en los que los contemplamos y serán dificiles de borrar de aquel albero. Las varas hay que decir que no existieron, pero si hubo un quite entre medias. Después surgió el gesto espontaneo de banderillear entre los tres, Juli saliendo bien del trance, Manzanares un violín con menor fortuna, y Morante con un par de escandalo, lleno de ortodoxia, cuadrando  y sacandolo de abajo con los pies asentados y a camara lenta. 

Todavía quedaba la muleta, que fue otra Fiesta, la faena fue muy intensa, por un pitón por el otro...detalles, regusto, pellizco, hasta se tiró a matar recto quedando el estoque en alto. Hubo una petición de rabo más justificada que con José Tomás al dia siguiente (a no ser que fuese en mérito a toda la trayectoria). Ninguna devió ser concedida, no lo fueron, especialmente por la falta de tantas cosas de las que carecía el ganado.

Después la afición vivió una fiesta reivindicativa en las calles con los tres toreros hasta el Hotel. Inolvidable.


Cartujanillo.

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