martes, 10 de septiembre de 2019

Tarde entretenida, Cebada mantuvo el interés

El tercero, Labrador, fue premiado con la vuelta al ruedo. Foto Julián López para Aplausos

Para la cuarta del Alfarero se ha lidiado un encierro de Cebada Gago, bien presentado y de juego variado. Compuso la terna Jorge Isiegas, que dejó una buena actuación, Aquilino Girón, que ha recuperado sitio respecto de actuaciones anteriores y Héctor Gutiérrez, que lució un elegante vuelo de capote, temple con la muleta y cuidó tanto su colocación como la lidia de sus oponentes, agradando.

Aplaudido de salida fue el rompeplaza, humilló en el capote, sin sobrarle fuerzas, antes de recibir una primera vara muy larga en la que tardan en sacarlo, cabeceando en la segunda, a la que acudió desde la distancia, pronto, pero saliendo suelto. En banderillas vimos una buena brega, humillando el burel; llegando a la muleta sin repetir, aunque tomando bien las telas cuando iba embarcado, pero levantando la cara al salir del muletazo. Bien Isiegas que sacó lo que tenía este noble pero falto de transmisión utrero. Buena estocada que condujo a una petición de oreja no mayoritaria (en cuanto a pañuelos) que no fue atendida. Optó el coletudo por una digna y merecida vuelta al ruedo, empañando su triunfo al pegarse otra sin venir a cuento, provocando la mofa de los tendidos. Habría bastado con saludar desde el tercio al finalizar la primera.

Buenas formas de salida tuvo el segundo, que tomó una primera vara de la que salió suelto, tras empujar con fijeza mientras le recetaron un puyazo fuerte y trasero. Fue colocado de largo a una segunda, de la que también se fue suelto tras agarrarse el montado en buen sitio. Pronto fue en banderillas, pero sin hacer hilo, antes de que llegase un buen inicio de faena, entendiéndolo por el derecho pero escaso de ajuste, pasando al izquierdo, por donde vinieron los enganchones, violentándose la acometida, terminando a menos el trasteo, con las arrancadas ya sin pasar y venciéndose. Despachó de estocada caída tras dos pinchazos. Silencio y palmas en el arrastre.

Abanto hizo aparición el jugado el tercer lugar, que acudió en tres entradas al jaco, cumpliendo, señalándosele un buen segundo puyazo, al igual que el tercero, cumpliendo el novillo y acudiendo con prontitud. Se desmonteró Jesús Aguado frente a un morlaco alegre y con transmisión, que la mantuvo para la muleta, además con nobleza. Lo entiende bien el diestro, sin permitir que le toque la muleta, cuidando la colocación, dejando buenas series y remates variados, cuajando una buena faena que rubricó con una estocada atravesada. Oreja y vuelta al ruedo al utrero.

Frío como el anterior salió el que hizo cuarto, muy bien recogido por Isiegas, pecando finalmente de exceso de lances. Tomó dos puyazos, fuerte el primero, partiéndose la vara mientras romaneaba, tirando de cuello para ello, con la cara alta. En el segundo señaló en buen sitio, aunque puesto en suerte en la raya. Mucho desorden y pasadas en falso, sumado a exceso de capotazos se vieron en el segundo acto, ante una embestida a media altura. Sorprendió a mejor en la muleta, con más humillación y recorrido, especialmente por el izquierdo, por donde presentó una embestida con profundidad. La labor tuvo altibajos, con buenos pasajes de ligazón, aunque faltó un punto más de intensidad y sobró el final encimista en terreno de chiqueros. Gran estocada y descabella. Oreja tras aviso. Ovación en el arrastre.

El quinto salió con pies y sin emplearse en el recibo. Hizo sonar el estribo mientras recibía un buen puyazo, repuchándose del segundo,  que fue trasero. Se desmonteró Ecijano tras poner dos pares de exposición por lo que cortaba el cornúpeta, que se mostró suelto y distraído. Tras un inicio de faena en el que repuso y repitió codicioso, buscó terreno de chiqueros, saliendo distraído.  Sobraron enganchones y aliviar por alto los muletazos, aunque se vio un Aquilino Girón más confiado que en otras citas de la temporada. Aviso. Despachó de estocada correcta, en la que le prendió la taleguilla, haciendo hilo por él antes de que descabellase, sonando un aviso.

Emotivo recibo se le recetó al sexto, hilvanando un ramillete de verónicas ganando terreno. En la primera vara el caballo fue a tierra, se agarró trasero y al rectificar el cebada se vino arriba; en la segunda hizo una buena pelea, aunque irregular cabeceando. Aparentó prontitud y embestida alegre en la brega, a la par que algo pastueña, cambiando por completo en la muleta, desarrollando complicaciones, sorprendiendo, cambiante y sin entrega. La estocada cayó baja aunque se volcó haciendo la suerte.

Interesante y variada tarde, con cosas de nota entrelazadas entre mansedumbre, aunque manteniendo nivel de casta.

Rubén Sánchez.

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