sábado, 13 de mayo de 2017

Mansa y descastada corrida del Ventorrillo.

...siendo recibido con aplausos a su paso por su bella estampa. De pelo burraco y trapío espectacular...


Corrida bien presentada pero baja de casta de El Ventorrillo, además de mansedumbre muy acusada. Más de media plaza en los tendidos en tarde desapacible, con amenaza de tormenta. Eugenio de Mora con pocas opciones en su lote, Morenito deja ir un toro de triunfo mayor y corta la primera oreja barata de las que vendrán y Román, también sin toros, deja una impresión algo tremendista, con un valor al que falta un toque de cabeza.

Abrió tarde Bajeza, salio con pocos pies, pero se precipitó el palco tocando a picadores con apenas tres lances, sin estar el animal fijado, recibiendo una vara trasera fuerte en la que empujó, mientras que salió suelto de la segunda, doblando la mano izquierda, una leve lesión que presentó desde los primeros compases. Llegó a banderillas aplomado, moviéndose sin codicia, haciendo gala de su descaste; aunque haciendo hilo a los adentros, muestra de su mansedumbre. Eugenio de Mora se dispuso a iniciar faena de rodillas, pronto se le coló y le desarmó, por lo que optó por salir a los medios aprovechando un arreón del burel, que salía suelto buscando escapatoria de cada lance. Su embestida además de sosa era echando la cara arriba apenas dejó al diestro toledano ligar una serie a base de insistencia, pasando a tratar de dominarlo pasándolo y buscandole los costados antes de tratar pasaportarlo, capítulo en el que pasó un quinario un buen estoqueador como él. Se tiró inicialmente desde fuera de la suerte y además el toro echaba la cara arriba sin desplazarse, no le dejaba cruzar. Pinchó dos veces, perdiendo una de ellas la muleta, dejando a continuación media estocada que el toro escupió, llegando el primer aviso tras una media contraria. Cogío el verduguillo y tras pasar un rato malo por lo complicado que se puso y echándose poco a poco el tiempo encima, se vuelve a tirar a matar asegurando con una estocada baja muy atravesada que apenas hizo efecto. Sonó el segundo recado presidencial y le recetó una estocada arriba. Duro de patas este primero, guardó para vender cara su muerte toda la energía que no empleó en la lidia. Fue pitado en el arrastre el manso descastado y silenciado el coletudo.

Román hizo aparición en el tercio de quites, echándose el capote a la espalda,...


Salió con pies y abriéndose tras los lances el segundo, de nombre Nevado. Morenito de Aranda dejó algún destello a la verónica en el recibo. Tomó con prontitud la primera vara, que cayó trasera, a la que salió lo probó el arandino, que inteligentemente le fue dando tiempos, en vista de la justeza de fuerzas del cornúpeta. La segunda entrada fue cumplir expediente con un picotazo del que salió suelto. Román hizo aparición en el tercio de quites, echándose el capote a la espalda, en un variado quite en el que hizo alarde de valor, combinando en función de la trayectoria del toro gaoneras con una orticina, rematando con suavidad en una bonita larga. Morenito no quiso quedarse atrás y dejó su firma a la verónica en otro sabroso quite. Su cuadrilla hizo buena labor en banderillas, desmonterándose Jarocho y Pascual Mellinas, lidiando bien Zamorano a una res muy aplomada aunque con prontitud al cite. Inició faena en tablas, saliendo a los medios para ligar la primera tanda con la diestra, algo despegada. No influyó este detalle para que enseguida el público conectase con su labor y se pusiese de su parte. Se echó la zurda cuando apenas le quedaba al animal ya medio muletazo de recorrido en su embestida babosona, noblota, sosa y descastada, además de evidenciar mansedumbre. No le quedó toro al burgalés para los remates y tras un pinchazo caído y otro sin cruzar, descabelló habiendo escamoteado la suerte suprema, pues no agarró ni una media estocada. Fue ovacionado entre división tras escuchar un aviso; y silenciado el burel.

Román se dispuso a estirarse en el recibo de sus dos reses sin antes abrir y probar la toma de contacto y la forma de embestir. Esto dio fé de su disposición y valor, pero el animal le enganchó el capote al echar la cara alta en los lances. Se paró enseguida este Carroñero, tomando en una primera entrada un picotazo en el que se dejó pegar un buen rato antes de irse suelto. En la segunda entrada salió suelto de otro refilonazo; teniendo que entrar por tercera vez, pues a buen juicio del palco, no eran dos puyazos reglamentarios. En este tercero se quedó a dejarse pegar el picotazo, saliendo muy justo de fuerzas y escaso de casta. En garapullos estuvo aplomado, buscando las tablas y muy distraído. Lo mejor del tercio vino de parte de Raúl Martí, que salió a cuerpo limpio con los palos en la mano a hacer el quite a su compañero El Sirio, que venía de salir de un par con el morlaco haciendo hilo. Inició faena por bajo más allá de las rayas, burlando dos arrancadas con pies antes de que regresase el astado a su aplomo. Se puso el valenciano encimista, además descolocado y un punto pesado y tremendista. Solo al final pudo correr una vez la mano y rematar con un trincherazo ese destello. Se tiró por derecho en la rectitud en la suerte suprema, dejando una buena estocada, un punto trasera pero muy efectiva, que dio boleto a este manso, flojo y descastado tercero. Fue silenciada la labor del joven espada.

Garrochista salió en cuarto lugar y fue otro ejemplar que se paró enseguida tras pocos lances, tomando la primera vara con prontitud, bien agarrada a la caída del morrillo. En ella cumplió con la cara abajo, costando sacarlo, mientras que en la segunda recibió apenas un picotazo que provocó la protesta de los tendidos, ante lo cual se le metieron las cuerdas aun habiendo ya levantado antes el palo. Ante los rehileteros se mostró distraído y aplomado, frenándose en la brega. El Puchi estuvo aseado, eficaz. Inició Eugenio de Mora su faena en tablas, pero el toro únicamente se defiende, echando la cara arriba y frenándose, pese a las ganas del toledano, que tuvo que abreviar, algo que el público le agradeció. Lo cazó de un bajonazo muy al hilo de tablas. Pitos en el arrastre para este manso descastado y silencio para el diestro.



Cetrero hizo aparición en quinto lugar, siendo recibido con aplausos a su paso por su bella estampa. De pelo burraco y trapío espectacular, Morenito lo recibió con un buen ramillete a la verónica, precipitándose al querer rematar lo que ya estaba rematado con una segunda media, en la que el toro le desarmó, teniendo que correr tras el lucimiento, que fue de agrado pero que no llegó a fijar la embestida, por lo que la primera vara la tomó al relance y desde dentro de las rayas, saliendo el animal desentendido. Para la segunda apenas un picotazo del que salió suelto. Román no perdonó su quite, esta vez por tafalleras, vibrante por su quietud. En banderillas aunque tardo, iba con todo cuando arrancaba, incluso sorprendiendo en algún arreón. La brega fue buena por parte de Jarocho, mientras que Zamorano y Mellinas se desmonteraron. El burgalés apostó y se fue a los medios, donde dando distancia inicio un trasteo vibrante por la trasmisión que tenía la prontitud en la arrancada del morito y como acudía con todo a por su objetivo; además se hizo presente la ligazón, pues aunque el toro no terminó nunca de humillar ni de entregarse e incluso apenas tenía medio muletazo llevándolo sometido de verdad; la inercia no le dejaba frenar, de modo que se desplazaba más allá del trazo del pase y su prontitud si le hizo repetir. La faena tuvo buen plateamiento, siempre con una buena distancia y dando tiempo entre las tandas cortas pero intensas; aún así, los lances no me terminaron de convencer, pues pese a que hubo destellos, más de uno enganchado, algo acelerado y con más de un tirón y latigazo que evidenció falta de temple. La suerte estuvo descargada, y lo peor: los desplazó casi siempre hacia afuera al dar salida. El planteamiento, bueno hasta el momento, se desconfiguró al tomar la zurda, bastante tarde, por cierto. Para torear al natural (no habiendo hecho nada raro el toro por ese pitón), acortó la distancia, quedándose corto el astado; por lo que regresó al derecho, donde consiguió los mejores muletazos, más en redondo. El pase de pecho se lo enganchó, pero remató por bajo. La plaza estaba con él, muy metido en su faena. Remató sin haber visto apenas el pitón izquierdo y sin llegar a cuajar la faena que por su trasmisión y pese a sus defectos, el toro tenía. Pinchó arriba, algo que debió privarle de la oreja que paseó (concedida sin mayoria, por cierto), dejando después una estocada vertical atravesada metiendo la mano con habilidad. Concedido el trofeo y tras escuchar la ovación de gala con que fue despedido en el arrastre este Cetrero, -algunos incluso le pedían la vuelta al ruedo-, me hice dos preguntas. La primera a qué plaza había venido a ver toros. La segunda ¿si no llega a pinchar le piden dos orejas?.



Román se dispuso a recibir al sexto a pies juntos, sin probaturas. Este Civilón tomó una primera vara trasea en la que cumplió con fijeza, metiendo riñones, saliendo hacia tablas del puyazo, en su primera cantada de huída. Lo tuvieron que dejar debajo del peto para la segunda entrada, un picotazo en el que no se empleó y del que salió suelto. Ante los de plata anduvo moviéndose a arreones, buscando los chiqueros, tratando de parear a la media vuelta para evitar el apretón hacia los adentros. Lo suyo hubiese sido al sesgo, de dentro a fuera, pues para los medios siempre hubiese apretado menos. Inició el valenciano su faena por estatuarios, continuando recortando las embestidas, a pies juntos. El bronco y rebrincado manso tiene trasmisión por su peligro. Muy dispuesto aunque encimista, tratando de sacar algo estuvo Román, peleando con un animal que solo pensaba en huir y que le iba llevando poco a poco hacia chiqueros. Se equivocó al citar al natural con el toro mirando a las afueras, pues solo pedía adentros. Tras insistir en el cite, se arrancó, revolviéndose hacia su querencia en un latigazo que le costó una fuerte voltereta. Regresó a su ser, a torearlo paralelo a tablas y cerca de ellas, en un punto ya tremendista. Despachó en chiqueros de media estocada tras dos pinchazos en los que no cruzó. Fue silenciada su labor tras un aviso.

Rubén Sánchez.

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