LA ACT VERAGUA VISITA EL HIERRO DE SAGRARIO HUERTAS, LOS SANTACOLOMAS DE LA VERA
Precioso e imponente utrero para Santa Cruz del Retamar |
Entre las vegas del Tiétar y el Tajo, en la comarca de la Vera, entre los límites de las provincias de Toledo, Cáceres y Ávila, La ACT Veragua se desplazó junto a la Peña Taurina de Burgohondo al lugar donde tiene su ubicación la finca “Dehesa el Chorro“, donde pastan los santacolomas de Sagrario Huertas, en el término de Calzada de Oropesa (Toledo) y a poca distancia de localidades como la cacereña Madrigal del la Vera o la abulense Candeleda. La planicie se compone en su mayoría de una fresca dehesa de encinas, con también buena cantidad de Hectáreas de pradera esteparia, con buenas charcas para refresco y abrevadero de los lotes de cárdenas, de procedencia Pablo Mayoral y Sotillo Gutiérrez, que pintean el verdial y que comparten cerrado con charolesas, avileñas y cruzadas entre estas dos razas de producción cárnica.
Unas 70 madres componen el hato de vacas, se dividen en tres lotes, dan una camada corta de machos y de la que por ahora saldrá una novillada de cuatro ejemplares para la localidad toledana de Santa Cruz de Retamar, que ha de celebrarse a finales de agosto.
Da gusto ver a los utreros o cuatreños galopar por los inmensos pagos reverdecidos por las últimas lluvias.
La finca cuenta con un rascador artificial, que además desparasita, toda una modernidad que el ganado acoge con buen recibimiento y que evita que sequen las encinas al rascarse. También los comederos contribuyen a que lo hagan todo por abajo en el ruedo, ya que se trata de guardaraíles de carretera apoyados horizontalmente en el suelo. Acudimos tras contemplar la camada y a las madres, a la tienta de dos eralas en la plaza, ya que en principio iban a ser más el número de vacas y a campo abierto, pero debido al fuerte viento no pudo llevarse a cabo en el corredero, y en la plaza hubo que parar tras la segunda por el mismo motivo.
La lidia correspondió a novilleros de la escuela de Castellón. La primera tuvo un comportamiento interesante en el caballo aunque nos dejó ciertas dudas debido a la lógica falta de oficio del joven picador. En la muleta humilló y mantuvo siempre el nivel de casta a flote, siendo también noble y avispada ante cualquier defecto de su lidiador. Se defendió eso sí por el izquierdo, pitón que tenía cortado de cepa por algún accidente.
La segunda acusó mucho más la querencia en chiqueros y fue tarda ante el montado. A pesar de su querencia y mansedumbre tuvo gran nobleza y no se percataba tanto de la mala colocación de los novilleros, seguía la muleta hasta el final por abajo siempre y cuando fuese en el terreno donde se encontraba mas protegida.
Esperamos poder volver para el tentadero a campo abierto.
Cartujanillo. Fotos Josué Moreno.
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