martes, 14 de diciembre de 2010

Emotivo adios a Enrique Morente

Un cantaor se ha ido, las calles lloraban, frente al palacio de Longoria, un cartel de publicidad pegado se habia transformado en un retrato de Camarón del que un bocadillo rezaba "hola Enrique, Bienvenido!"...El fenómeno gaditano le abría las puertas del cielo, donde la Fiesta que debe de haber montada debe ser se escalofrío si pensamos cuántos desde allí velan e inspiran a los que aquí abajo siguen el legado.

La balconada principal del palacio portaba las dos enseñas dolidas con su crespón negro, la verdiblanca de su región y la rojigualda que por su hija Andalucía así se mostraba.

Las dos enseñas, dolor de un pueblo.

Eran las 4 de la tarde cuando pasé por alli, aun el gentío era peridistíco, pero se sabía al cruzar la calle que alguien grande se había ido.
Tras comer, sobre las cinco menos veinte, el coche fúnebre ya había llegado y esta fue la imagen que desde mi móvil pude tomar. La fila para velar un instante a Enrique era ya una multitud que copaba media manzana.


Al Poco de Llegar el coche.

Suerte de encontrarme con dos buenos conocidos que aguardaban más cerca de la puerta y que me brindaron esperar con ellos. La espera en una calle donde iba anocheciendo y donde desde un balcón de un cuarto piso de enfrente del palacio sonaban los quejíos del cantaor, que contrastaban con los llantos de dolor que ponian los pelos de punta a los que esperábamos fuera y que junto a esa música nos hacía tenerle cerca.

Poco a poco la gente se iba agolpando a la puerta y fueron llegando artistas, matadores y gente de la actualidad nacional, como Joaquín Sabina, Jaime Peñafiel, Antonio Barrera, Manuel Lombo...
 
Anocheció, del taxi bajó Sabina.
Fotos propias autor del Blog.
 En la sala Manuel de Falla, llena de flores y flores, del primer piso, y tras rodear una escalinata llena de retratos y con varios libros de condolencias donde se agolpaban llantos y suspiros, se encontraba el féretro que custodiaba la familia, con su yerno Javier Conde junto al público que pasaba incesante, y con una Estrella que muy dolida no se dejaba ver entre los más allegados y que permanecía al fondo.

Sin duda la presencia de medios, el ir y venir de artistas, de payos y gitanos de buena planta, de seguidores enfervorecidos ante el dolor...me dejaban claro que aunque yo apenas le haya conocido como cantaor, por edad, se había marchado alguien importante y no lo olvidaré nunca.

DEP.

Escrito por Cartujanillo.

1 comentario:

  1. Ha tenido que ser muy emocionante. Lo del cartel de Camarón con el ¡Hola Enrique, bienvenido! es extremecedor. Dios lo tenga allí al lado de los grandes.

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