domingo, 3 de marzo de 2013

Suerte de varas(I) Estudio Julio Fernández y comentarios J.Salamanca y Cartujanillo







LA SUERTE DE VARAS: ALGO QUE HAY QUE CUIDAR (1º PARTE)
Javier Salamanca:

LA COLOCACIÓN EN SUERTE


Primera entrega de una serie de cuatro, sobre la suerte de varas, a la que muchos amamos pero que poco a poco se nos va como un enfermo de cáncer incurable, algo tan bonito se esta convirtiendo la mayor parte de las veces en un mero trámite y en un simulacro, culpen a quien quieran pero es así de duro decirlo y no nos queda otra que defenderla y darla a conocer.

Aprovecho que he encontrado entre mis papeles unos artículos escritos por el veterinario Don Julio Fernández sobre el tema en cuestión, son de hace unos años pero de vigente actualidad, yo aportare mi comentario al final, primero sus explicaciones.

La suerte de varas debe servir para disminuir el impetu y fuerza de los toros a fin de dejarlos en condiciones físicas optimas para la faena de muleta.

Primera parte: LA COLOCACIÓN DEL TORO EN SUERTE:

"El caballo que va a picar debe situarse contraquerencia: es decir, en el lugar más distante de la puerta de toriles, los toros mansos desarrollan querencias y tienen por tanto tendencia a emplazarse en un determinado lugar o terreno de la plaza, normalmente próximo a la puerta de toriles.

El ruedo tiene dos circunferencias concéntricas, la primera y mas grande esta a 7 metros de distancia desde el estribo de la barrera y la segunda a 3 metros de la primera. El toro suele ser puesto en suerte produciendo el lidiador un recorte, por lo general cuando esta frente al caballo. Para evaluar adecuadamente la suerte de varas, hay que tener en cuenta numerosos parámetros, el primero es la distancia de arrancada.

El toro debe ser puesto en suerte sin rebasar el circulo mas alejado de la barrera y el picador deberá citar a la res por derecho sin rebasar el circulo mas próximo a la barrera.Por lo tanto y según el reglamento la distancia entre toro y caballo debe ser de 3 metros como mínimo, con esta distancia mínima  podríamos decir que el toro ha sido puesto en suerte cerca. Si se coloca en suerte en el espacio comprendido entre la segunda raya y unos 3 metros de la misma, podíamos decir que se ha puesto a distancia media.

Si el toro se sitúa a mas de 6 metros del caballo, podíamos decir que el toro ha sido puesto en suerte lejos. Obviamente, cuanto mayor sea la distancia mas meritorio es el comportamiento del toro si se arranca al caballo. Tan importante como la distancia son los terrenos donde se pica al toro, que se corresponde con el tendido donde se practica la suerte, cuanto mas alejado está el caballo de la puerta de toriles más mérito tendrá el comportamiento si acude al cite."

Publicado en la revista”Toro Bravo” (Año 2000)

Comentario J. Salamanca:

Ciertas son todas las cosas que dice Don Julio, si bien es cierto también que hoy día en numerosas ocasiones , por desgracia los lidiadores a pié no colocan bien a los toros, lo hacen de cualquier manera y no disfrutamos de la pureza de la suerte casi nunca, en la vecina Francia ponen mas cuidado en ello y mas aún en las corridas concurso, pero también es verdad que una vez que el toro acude al caballo, tan importante o mas, por lo menos eso creo yo, es lo que hace cuando llega que la carrera que se pegue para acudir al caballo, osea lo que hace una vez sienta el hierro, para que nos entendamos, si acude pero luego no empuja, mal asunto.


Cartujanillo opina:

El artículo habla de contraquerencia, un lugar de la plaza donde no siempre se ejecuta la suerte de varas por sistema, un error que vemos en el planteamiento de la lidia en bastantes plazas. Es seguro que en aquellos lugares donde no se coloque el caballo practicamente en el extremo opuesto a chiqueros, los toros tendrán mas facilidad para acudir al caballo, pero aun así al manso le costaría apretar si para ver la bravura en cada festejo se probase dosificando el castigo en varias entradas.

Colocar bien en suerte, fijar, o poner en suerte, que diriamos corrientemente, es algo que la mayoria de los toreros no hacen bien ni eficazmente en la plaza por dos motivos, el primero para tratar que el toro acuda al relance, trotón, estrellándose con el caballo y no midiendo la distancia el animal en la arrancada desde el principio, el segundo es porque recortar para dejar en suerte (algo que todos los toreros saben hacer y hacen con maestría en las tientas) corta bastante el viaje del toro para los tercios posteriores, y la suavidad de las medias o las largas para fijar y salir rapidamente por la izquierda del caballo, ni están extendidas entre los repertorios de los matadores ni muchas veces los picadores se dejan ver justo en el momento preciso para que la res no haga hilo hacía quien le ha puesto en suerte.

Se seguirá colocando mal en suerte mientras que públicos y aficionados sigan valorando exclusivamente la bravura en el último tercio, y por ello se plantea la suerte de varas como el castigo necesario para ahormar al toro, atemperarlo a su colaboración posterior en la muleta o al menos facilitar su posible sometimiento. Comunmente he observado y disfrutados de animales autenticamente bravos en varas, que tras ser medianamente lucidos han cambiado hacia la defensa en la muleta por mala lidia durante los dos primeros tercios, y he escuchado a aficionados a los que les he hablado de esos toros respuestas como "Pero luego no sirvió pa´ná" . Con esta educación taurina seguirán viendo la suerte solo en Francia.

En el artículo se hace una alusión reglamentaria acerca de las rayas, a mi parecer su cumplimiento rutinario no indica más que la unificación y selección de comportamientos tan notable que vive la cabaña brava, incluidos todos sus encastes, que unos más bravos y otros menos en el caballo, casi siempre cumplen con la rutina. La suerte ha de ejecutarse en función del comportamiento y de lo que precise el toro, ya que de rayas poco saben los animales. Está claro que están ahí para evitar que al toro se le metiese directamente bajo el peto, ya que primigeniamente era solamente una raya la que protegia a los piqueros, no teniendo que salir en busca de las reses hacia las afueras, hacia donde menos protección tenían. Una buena educación taurina en la afición y los públicos, ovacionaria y no abuchearía a los varilargueros que pisan la raya, evitando tener que volver a poner en suerte más cerca y ahorrando capotazos, también exigiría ver la bravura en varias entradas, dosificando y oxigenando los toros en los quites, con la competencia que ello supone. Mientras tanto, peregrinaremos a tierras galas.



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