Trastero, premiado con la vuelta al ruedo |
Cuatro años llevaba el que les escribe sin pisar Valencia, y también el coso de la Calle Xátiva, pero el regreso doce años después de la divisa onubense de Cuadri, nos animó a volver. Además de las familias y lo muy de la casa que eran en conformación los toros, a Cuadri el levante se le da bien, será el clima húmedo y próximo al litoral que se asemeja al de Trigueros, el caso es que estos últimos años también fuimos a verlos lidiar a Castellón y se llevaron los premios. No es casualidad, simplemente es una ganadería con un porcentaje de toros sin interés alguno tan bajo que ya lo quisieran muchos, y con un buen porcentaje de toros notables sobre el total lidiado.
Ambiente en la explanada en la que se recuerda a Manolo Montoliú |
Corrillos de aficionados |
Jesús Duque afrontaba un compromiso importante |
La terna anunciada presentaba a un Rafaelillo que está viendo como su hueco va siendo ocupado por otros y que tiene claro que venía a demostrar que sigue ahí, a reivindicar su sitio. Tal como se le vio en Mont de Marsan ante los Miura. Y así fue. Un Bolívar al que no falta valor y al que se dieron muchas oporunidades, pero que no llegaron a cuajar y por lo que no está en las ferias y necesita consolidar su sitio, aunque para ello hace falta ver mejor los toros, es lo que como a muchos otros con buenas maneras, les falla. Y un recién alternativado Jesús Duque, que afrontaba un compromiso fuerte ante el público de su tierra, y que tal como se comentaba en la explanada de boca de buenos aficionados, es injusto que con dos orejas en el toro de su alternativa apenas haya visto pitón esta temporada. Quizá es consecuencia de haberse devaluado los méritos a la hora de premiar con trofeos, que hace que pesen menos aún siendo merecidos. Pero ese es otro debate. Ayer a Duque le faltó apostar y verlo claro antes, pues tuvieron en su lote las embestidas contadas, pero las justas que necesita una faena corta e intensa de las que llegan al tendido.
Exiliados de la dictadura independentista |
Se está hablando mucho de Trastero, si duda el más completo, pero completa en sí fue la corrida de toros, variada, como es lógico, una corrida cuatreña, seria y bien presentada, con gran cantidad de matices, y con otros dos toros de nota, Costero y Telaraña. Así como otros dos más escondidos en la muleta pero que fueron a menos, Batidor y Brujito, que además fue cambiante. Y por último un toro complicado y duro, orientado y con peligro, Engaño. Pero en toda la tarde predominó la casta y se mantuvo el interés que nace de la emoción. En el caballo, si es cierto que la película fue distinta, ya que afortunadamente los enseñaron en varas, colocándolos en suerte abiertos, a media distancia ante los montados, pero en la muleta salvo Engaño, tuvieron para torear y hacer una faena que llegase al tendido, cinco toros, cinco. Pasemos a detallar la lidia y comportamiento de cada toro:
La tablilla muestra la divisa más azulada que morada |
Costero 22 |
Abrió plaza Costero-22, que se paró a medir tras varios lances de capa y una larga cambiada de rodillas en el tercio con la que Rafaelillo lo recibió. Se deja pegar en la primera vara, con la cara alta, sin emplearse. Dosifican, cuidan castigo desde la montura. Tardeó para la segunda, teniendo que cerrarlo, recibiendo un puyazo fuerte y caído en el que se dejó administrar castigo. Reservón en banderillas, con la querencia marcada hacia afuera. Lo saca por alto al tercio al inicio de faena, al ligar los muletazos con la muleta montada en la diestra, abre las patas traseras el toro, poniéndole la zancadilla en varias ocasiones, trastabillando a Rafaelillo. La embestida era buena por ambos pitones, siempre humillando y con recorrido, el diestro, que echó una gran tarde, se gustó llevándolo largo en varias series que llegaron mucho a los tendidos. El toro era noble, pero no bobalicón y le acortó, marcando su terreno cuando le quiso pegar un circular invertido. De no haber pegado un sainete con los aceros, el murciano se hubiese marchado con tres orejas en el esportón, pero lo mató tendido tras dos pinchazos y una atravesada que hizo guardia, llegando a sonarle dos avisos. Ovación.
Tardo en varas, medianía en la pelea. Buen toro en la muleta, encastado y noble. Ovacionado en el arrastre.
Juan José Esquivel |
Rafaelillo con la diestra, humillando y rabo erizado Costero |
Al natural |
Engaño, número 13. El más complicado de la corrida |
Engaño-13 fue el toro complicado y duro de la corrida, bronco ya desde las primeras embestidas, cabeceó en varas, intentando quitarse el palo, repuchándose en ambas varas y logrando con éxito que Ismael Alcón no pudiese arrearle un buen puyazo, pues no consiguió agarrarse al llegar al peto con la cara tan alta. Bastante crudo quedó, frenándose con agresividad y midiendo, sobre todo por el derecho, mientras que en la brega por el izquierdo pegaba tornillazo, siendo muy complicado de banderillear. Resolvieron bien en los dos primeros pares, mientras que el tercero, como en casi todo el festejo, fue de alivio dejando un palitroque. Precauciones adoptó ya de inicio Luis Bolívar en su faena, pasándolo sobre las piernas, tirandole el burel la cara alta; acertado ve más potable el izquierdo y se pone ayudado al natural, pero le protesta y se le frena, regresando a montar la muleta en la diestra, por el que se complicada aún más. Vuelve al toreo sobre las piernas, lidiándolo con acierto, pues unicamente había desarrollado peligro y el percance hubiese venido sin sentido alguno, pasaportándolo de media tendida y caída. Rodó sin puntilla.
Manso complicado, duro y áspero. Encastado.
Bolívar toma precauciones en el inicio de faena |
Batidor 19 barbeando tablas |
El tercero era Batidor-19, fiero de salida, no obedeció a los capotes, desarmando a Jesús Duque y haciendo por él con pies, teniendo que tomar el olivo de cabeza. Prontitud en las dos varas que tomó, empujando con poder y riñones en la primera, con la cabeza fija, desplazando al penco tanto hacia tableros como después hacia las afueras cuando le taparon la salida, sacando la cabalgadura más allá de las rayas. En la segunda manseó, pues repuchó sin emplearse. Muy mal picado. En banderillas buena brega, con una embestida fija y pronta, encastada, cortando a los rehileteros, mostrando un buen pitón izquierdo y menos recorrido por el derecho, ambos humillando. Inicia la faena por abajo, el animal, encastado, trasmite en cada uno de los muletazos, conectando enseguida con el público. Descruzado prosigue con la diestra, el animal va lo acusando, y localizando, llegándose a aplomar una vez le acorta las distancias, ahí sí, cruzándose y demostrando arrojo, pero quizá debió apostar antes, para haber aprovechado las embestidas que tuvo y que hubiesen trasmitido de sobra como para arrancar una oreja. Pero se pasó de faena. La estocada, muy buena, hasta los gavilanes y en lo alto, volcándose sobre el morrillo. El toro se tragó la muerte, siendo ovacionada su dureza para doblar y lo caro que quiso vender su vida. Saludos tras petición.
Manso en varas, encastado en la muleta, aunque a menos. Ovacionado en el arrastre.
Batidor cumpliendo en la primera vara |
Humillando en la muleta de Jesús Duque |
El ya histórico Trastero 18 |
Trastero-18 fue el toro de la corrida, el más completo. Buen recibo de capa, estirándose, dejando buenos lances a la verónica, parando literalmente al toro, que quedó detenido midiéndole frente a él y pidiendo guerra para el que quisiera venir a él. Empuja en la primera vara, con poder, con todo, metiendo riñones hasta tablas. Le pilló que lo estrelló contra un burladero, allí romaneó. Si llega a empujar contra la barrera habría estado cerca de meter la cabalgadura al callejón. Una vez sacado, Rafaelillo ejecutó en los medios un quite por chicuelinas, medido y torero, rematado con una señora media. De largo se arrancó pronto a la segunda vara en la que cumplió sin apenas pegarle, y de la que se marchó al cite de quien lo sacaba. Cómo sería alguno de los chocazos que el estribo izquierdo y la acción que lo sujetaba quedaron caídos en el albero.
Arrancándose a la montura |
El estribo cayó al albero |
La cuadrilla del murciano junto con Trastero nos brindaron un emotivo tercio de banderillas, la embestida pronta, fija y alegre, unido a una buena brega de José Mora y los buenos pares de Joselito Rus y Pascual Mellinas, que saludaron montera en mano. En la muleta el toro fue extraordinario por ambos pitones, humillando hasta el final, embistiendo con temple pero sin perder el temperamento propio de su casta, cuajando Rafaelillo una buena faena, templada, de trazo largo, ligando los muletazos, torero en los remates, apostando desde el principio por triunfar con el toro. Se vivieron momentos de gran emoción, con la plaza entregada, desgarrándose en sentidos olés al ver como se llevaba esa embestida de tanta trasmisión y como las vaciaba largo y con gusto el diestro. La banda acompañó suave con La Concha Flamenca, y también se llevó su ovación. La única pega fue al final de faena, acortó distancia, quitándole la muleta, cuando aun quedaban encastadas embestidas como para otra faena...por lo demás gran toro y gran faena, con buenos momentos al natural y con la diestra. Lo mató de buena estocada, y el toro se tragó la muerte, aguantando encastado mientras Rafaelillo se sentó junto a él en el estribo a esperar a que la herida de muerte pudiese con su resistencia a darse por vencido en una estampa de torería añeja que tenía lugar entre silencio solemne que palma a palma se transformó en ovación. La emoción vivida hicieron que se solicitase con fervor el doble trofeo para el espada y la vuelta al ruedo para Trastero, siendo el deseo concedido por parte del palco. Y finalizada la vuelta al ruedo, los gritos del tendido aclamaban ¡Cuadri, Cuadri! , recordando lo vivido en la corrida del siglo madrileña de 1982, viéndose obligado tras resistirse por su humildad y discrección a saludar en pie a un caballero como es D. Fernando Cuadri. Bonito gesto de la afición como bonito fue de generosidad por parte de Rafaelillo el buscar a Gaspar, el mayoral para que saludase, en su vuelta recorriendo el anillo en volandas antes de salir por la puerta número 19, que hace las veces de Puerta Grande en Valencia.
Gran toro, bravo y encastado. Extraordinario en la muleta. Vuelta al ruedo clamorosa.
Natural largo |
Embistiendo con todo, extraordinario en la muleta |
Dos orejas y vuelta al ruedo al toro. |
Rafaelillo, aquí estoy yo |
Telaraña 14 |
Telaraña-14 Salió al paso, como muchos toros de la casa. No hay quinto malo, pero el listón estaba muy alto. Se calentó y se paró tras varios lances de capa, pero tardeó en varas, pese al buen hacer de Luis Miguel Leiro, que movió con torería la cabalgadura, citando levantando la vara con arrojo. Se le castigó poco, pues se repucha, saliendo suelto de la primera y se le levanta el palo, mientras que se marchó nada más llegar a la segunda. El animal tardeaba, cierto es, y hubo que cerrarlo ya en la primera para que acudiese. Pero cuando iba, iba con todo, y alegre. Escarbando y reservón ante los garapulleros, que se lucieron cuadrando en la cara, sacando los pares de abajo, la embestida atesoraba casta, y un buen pitón izquierdo. Se aquerenció en tablas, costando al lidiador sacarlo al tercio. Pero Bolívar, que suele empezar sin pases de tanteo muchas de sus faenas, algo que es de admirar en tanto es sabido que muchos de los toros que mata tienen las embestidas contadas, pero para ello hace falta tener más estudiado y tener claro cual es el pitón, el terreno, la distancia y la altura que precisa. Y pese a ver como costaba sacarlo de tablas, se dispuso a citarlo desde los medios con la muleta en la diestra, teniendo que ir a buscarlo, centrándose en el derecho, quitándose y poniéndose, y sin dejársela puesta, probando además tarde el buen pitón izquierdo. Llegó incluso a encararse con el aficionado que le dijo ¡no se la quites! lo que provocó más voces disonantes y que el propio diestro llegase a lamentarse y a cabrearse, decepcionado consigo mismo, pues se estaba dando cuenta de que se le iba el toro, pero ¡es que también se habían dado cuenta arriba! Mal Bolívar que no entendió el toro, pidiéndole las afueras, lo que ya desde banderillas indicó no querer, acortando las distancias y desaprovechando la embestida humillada y con recorrido que tenía por el izquierdo. Tras pinchar abajo, dejó media atravesada caídita. Una puñalaita de la que dobló enseguida.
Manso encastado, con buena condición en la muleta. Por debajo Bolívar. Ovacionado en el arrastre.
Leiro levantando la vara |
Bolívar ni lo entendió ni lo vio |
Brujito 4 pendiente del movimiento del callejón |
Cerró tarde el más vareado y blando del festejo, de nombre Brujito-4, que embistió con nobleza de salida, pero barbeando en tablas, muy pendiente de los movimientos del callejón. Se estiró Duque de capa, y en varas apenas se le pegó, pero al menos se señaló en buen sitio. Salió suelto. En banderillas, reservón y complicado, aquerenciado en tablas, y sorprendiendo a los banderillos, cambiante. Inició la faena con gusto, sacándolo más allá del tercio, a derechas. Pero sin llegar a apostar y a atacarle desde un principio, aprovechando las embestidas que tuvo antes de venirse a menos, momento a partir del cual le costaba arrancar, pero sí embestía, la seguía por bajo. Antes de matarlo dejó Duque un señor natural, rematado atrás en la que se vio que aún le quedaba codicia, pero ya era tarde. Otra buena estocada le recetó, cerrando la tarde.
Manso, encastado. Duró poco. Se vino abajo.
La numerosa banda de música también se llevó una ovación. |
Anoche además de no importar y hacerse cortos los kilómetros de regreso, debido a la satisfacción de lo vivido en la plaza, también lo estaba por haberme dado cuenta de que nada tiene que ver el público que asistió ayer con el que conocía de Fallas, ayer el tercio de entrada que se sentaba en la cómoda plaza valenciana fue respetuoso y silencioso, con un buen criterio, sensible, entregado, pero con afición y saber, un ejemplo la atención y valoración de un capotazo de brega, o de una embestida profunda...nada que ver con el empeño en escuchar sonar a la banda, o la silba que se llevan los picadores por picar, mientras que ayer los que movieron la cabalgadura se fueron ovacionados. Detalles que me hicieron disfrutar del festejo y comprobar que en Valencia también hay buen número de aficionados con criterio, pocos en relación al aforo de la plaza, como en casi todos sitios, pero los hay. Y además bastante presencia de gente joven, que además formaron bastantes corrillos haciendo tertulia a la salida, lo que también me llevó a regresar contento.
A la realidad ya conocida nos ha devuelto esta mañana el fallo de premios de la Diputación, que se ha olvidado de premiar como mejor corrida a la que lidió Cuadri.
Rubén Sánchez.