lunes, 9 de septiembre de 2019

Decepción con los Ibanes


Benedicto Cedillo se llevó la ovación de la tarde.
Foto Juan Carlos Maestre - ABC

Con más de tres cuartos, superando las entradas anteriores, acudió la afición de La Sagra a los esperados Ibanes, que esta vez no hicieron gala de su habitual regularidad. El conjunto terminó por echar el freno y agarrarse al piso, bajos de casta y manseando, en una gran decepción, pues podrán salir de mayor o menor nota, pero siempre con la esperada movilidad. Juan Carlos Carballo hizo gala de buen director de lidia, Antonio Grande anduvo un tanto a la deriva y El Rafi dejó impronta de temple con las telas, que nunca fueron enganchadas pese a que no fue cosa fácil.

 Abrió plaza el que fue a la postre el mejor del encierro, que salió ya con pocos pies y sin humillar. Tomó tres varas acudiendo tardo, delantera la primera de ellas, en la que peleó con la cara alta, sin emplearse. Ante los de plata cortó por el derecho, rebrincado en la buena brega de Téllez. Bruto de acometida en el último tercio, punteando y algo rebrincado. Se acrecentó por los sucesivos enganchones en un planteamiento de faena por alto en los remates y media altura en los muletazos. Estocada al encuentro algo trasera y atravesada, descabello. Manso justo de casta, silenciados ambos.

Aplaudido de salida y con pies hizo aparición el segundo, apretando a los adentros, desarmando al coletudo cuando trataba de sacarlo al tercio, viniendo un gran desorden. Tres entradas al caballo, en la primera tumbo fuerte al coger por los pechos al piquero, que se no volvió a subir al jaco, picando a partir de la segunda Rafael Agudo, que citó ante el tardeo de la res, marrando y reventando las dos paletillas mientras se empleaba con la cara alta. Bien Jarocho, especialmente en un segundo par de exposición frente a una embestida brusca y agarrada al piso, con la cara alta y algo rebrincada; llegando sin recorrido a la muleta, con fijeza pero sin pasar, a menos debido a la hemorragia que no coaguló del segundo puyazo caído. Estocada caída tras tocar la música al irse el diestro a por la de verdad. Hay que revisar el criterio, no se puede tocar en todas las faenas por sistema. Duro de patas. Silencio ambos, alguna palma en el arrastre al punto de casta y dureza.

El jugado en tercer lugar embistió a media altura de salida, tomando dos varas en las que cabecea con la cara alta, tardeando a la segunda, ambas muy traseras. En banderillas continuó a media altura, algo rebrincado; llegando al tercer acto con repetición por el derecho aunque necesitando perderle pasos. Logra que no le enganche la muleta pero se centró el diestro en el pitón izquierdo, algo más manejable al poder ir uno a uno permitiendole rectificar la colocación. Mató de pinchazo hondo en buen sitio y dos descabellos. Algún pito en el arrastre y silencio.

El cuatro mostró humillación en el recibo pero enseguida se paró. Dos varas con magistral ejecución de la suerte por parte de Benedicto Cedillo, aunque arreó un puyazo trasero en primer lugar y buena segunda vara, a la que tardeó el burel. En banderillas muy agarrado al piso, llega a la muleta empleándose al tirar de él en el inicio, reservándose a continuación y sin querer pasar. Muy por encima el espada, dispuesto y valiente, quizá algo insistente. Mató de pinchazo, enhebrando después la espada y dos descabellos con mucha exposición por lo reservado y las fuerzas que mantenía el astado.

Hizo quinto un negro salpicado de mucha alzada, salió con pies echando las manos por delante, estaba algo fastidiado de atrás. Recibió tres varas en las que le pegaron fuerte y sin dejarlo en suerte, al relance las dos primeras. Buen par de Jarocho y buen aire en la brega, con una movilidad que fue un espejismo, pues en la muleta tras el inicio le tropezó los vuelos y pasó a violentarse por completo, reservándose y defendiéndose, ante un espada que no supo por donde hacerse con él para prepararlo antes de estoquear. Descabelló tras agarrar dos pinchazos. Ovación en el arrastre y pitos.

Blandeó de salida el último, que tomó un primer picotazo a relance del que sale coceando, una segunda en la que apreta con nota, con la cara fija, recibiendo un puyazo trasero tras quitarse el palo que había señalado en buen sitio. Justo de fuerza y parado, ordenando cambiar el tercio. Poco recorrido en la brega, tirando la cara arriba y algo frenado. Buena disposición, sin dejar que le enganche nunca la muleta pero sin nada que sacar, se puso insistente frente a un novillo totalmente aplomado. Mató de buena estocada.

Rubén Sánchez.

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