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a plaza registraba un tercio de entrada para
contemplar la última de la temporada y despedirse de los aficionados afines,
que tarde a tarde nos damos cita en Las Ventas. Tuvo poca historia el festejo,
pues si poco aportaron las reses, no faltó en ganas por parte de los
novilleros, que hasta participaron en los quites, cosa tan desgraciadamente
perdida; pero con eso no fue bastante, sus conceptos del toreo sumamente
ventajistas y dudando hicieron que dos novillos algo más aprovechables se
fuesen sin ser podidos. Podemos ser menos exigentes con su manera de ejecutar
la suerte suprema o más detalles técnicos, todos sabemos que están empezando.
La novillada, de procedencia Núñez-Osborne demostró mansedumbre al igual que el
segundo hierro lidiado.
Novillos de Rocío de la Cámara y dos de Cortijo de
la Sierra (4º y 5º):
·
Canastero, Ensabanado
bocinegro 494 Kg: Manso descastado y a menos (sil.)
·
Asturiano, Negro
listón 461 Kg: Manso toreable que no se entrega (leves pitos)
·
Extraño, Colorado ojo de
perdiz 481 Kg: Manso que va y viene sin entrega (sil.)
·
Piñonera, Negro listón 487
Kg: Noble y pronto, algo a menos (sil.)
·
Trapajosa, Negro
517 Kg: Manso con genio (sil.)
·
Expléndido, Negro
meano listón 504 Kg: Manso de Libro (sil.)
-Pascual Javier (Grana
y oro):
Buena
estocada, algo trasera (silencio). Estocada caída tras dos pinchazos (silencio)
-Daniel Palencia (Corinto
y oro):
Estocada
caída y atravesada, dos descabellos (silencio). Buena estocada algo atravesada
en lo alto (Silencio)
-Sergio Blanco (Lila y Azabache):
Pinchazo
y estocada trasera tras aviso (Aviso y silencio). Estocada trasera, caída y
tendida con desarme (Silencio)
Presidencia:
Presidió
el festejo D. Julio Martínez sin complicaciones, únicamente anduvo algo
despistado con el reloj para los avisos.
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Abría plaza un ejemplar de característico pelaje en
su línea genealógica, se dejó de salida y Pascual
Javier dejó algunos lances aceptables ganando terreno. En Varas recibió sin emplearse dos puyazos
traseros, caído el primero para salir suelto de ambos. Tras un quite por
chicuelinas, el novillo demostró poca fijeza en banderillas, buscando chiqueros
en dos ocasiones síntoma de su clara mansedumbre. La faena la inició al hilo de
las tablas, saliendo afuera en dos series, donde ya se le empezaba a notar justeza
de fuerzas y finalmente una lesión en la mano izquierda. Una estocada algo
trasera pero buena fue suficiente, aunque aguantó el animal ante la falta de
profesionalidad de los peones, que a pesar de su lesión, trataron de hacerle la
rueda.
Al cuarto le correspondió un buen picador, con el
cual se mostró la afición agradecida se trata de Santiago Morales “Chocolate” que agarro el mejor puyazo
de la tarde , aunque el castigo fue prolongado para el novillo. A más distancia
galopó a la cabalgadura, pero después salió suelto, anulando la fijeza del
puyazo anterior. La res se muestra galopona en banderillas, algo bobalicona, pudiéndola
un poco y mandando sobre ella poniendo mucho el chaval, se abria visto algo
más, pero se marchó con una oreja puesta. Le toca mucho el paño y no manda nunca,
una estocada caída lo dejo para el puntillero.
Con el segundo, Daniel
Palencia firmó un aceptable recibo, para presenciar después un desordenando
tercio de Varas en el que recibió el
novillo dos puyazos en la puerta de caballos, de los que salió suelto y durante
los cuales echó la cara arriba para quitarse la garrocha de encima. En el quite
blandeó, y durante el segundo tercio anduvo sin fijeza, distraído en diferentes
terrenos. Es ese manso que va y viene que no se entrega. El novillero está
siempre al hilo, sin someter las embestidas por lo que no humilla el novillo al
nadie obligarle a ello. Tan notable fue la falta de mando que la cosa empezó en
contraquerencia y terminaron en chiqueros con un muchacho a zapatillazos detrás
de su oponente. Una estocada fea y a por el siguiente, que hacía quinto, se
mostró abanto de salida saliendo suelto de las telas pero que en Varas sacó genio y durante un puyazo
trasero tiró de genio y en arreón hacia las tablas derribó al jaco, poniéndole en
peligro hasta el punto de ser coleado por los monosabios. Se lo llevaron a la
puerta pero allí se dejo pegar la puñalada “trasera”. De lo más notable de la
tarde, y para bien de la Fiesta fue esa competencia en quites que llevaron Sergio Blanco y Daniel Palencia por chicuelinas tras el segundo puyazo a este
quinto, siendo mejores las del colombiano Sergio. Los rehileteros reciben una
leve ovación tras tirar de recurso en un novillo que aprieta mucho a tablas;
bien estuvo el iniciarle la faena al manso fuera de su dominio, quizá asi se
entregase, pero esos estatuarios o ayudados con tanta duda y enganchón por alto
consiguieron desbordar al joven espada en lo restante de faena, en la cual fue
desarmado y avisado en varias ocasiones. Saliéndose de la suerte consiguió meter
la mano, quedándose en una estocada arriba algo atravesada.
Colorado ojo de perdiz era de capa el lidiado en
tercer lugar, que a pesar de ser parado, fue sacado a los medios de recibo por Sergio Blanco. Un puyazo largo, trasero
y empujando con la cara alta tomó el novillo en su primera entrada al caballo,
terminando su pelea en varas en la
puerta de caballos, saliendo suelto de otro puyazo atrás. El novillo se para,
tiene poca fijeza y encima es algo bobalicón, una vez se inicia la faena
rematando por alto, para continuar a base de pico con la mano izquierda, le
avisa y por el otro pitón más pico y bien al hilo del pitón encima poniéndose pesado
hasta llegar al punto de intentar hacerle pasar en unas manoletinas a distancia
llenas de dudas a un animal tan parado. Estocada trasera tras pinchazo.
El sexto fue bien recibido en las tablas del siete, Sergio Blanco ganó terreno y fue
ovacionado tras dar algún lance digno de ver. Sale suelto de las telas y le
pegan un puyazo bajo en chiqueros, pues acababan de salir los caballos. En el
tendido dos le vuelven a refilonar cerca del costillar y un par de coces,
además de otras dos entradas de las que primeramente salió suelto para en la
siguiente dejarse pegar mucho por haberle hecho la carioca, resumieron su
muestra de espectacular bravura en varas,
¡qué ironía! Tampoco fueron de bravo esos brincos tras sentir los arpones,
buscando los chiqueros y aprentando a tablas a los rehileteros. La faena no
inicia mal, está bien planteada por abajo y lejos de querencia, pero empiezan
de nuevo los remates por alto propios del desborde, porque el animal si se le
puede, se le torea pero antes hay que estar muy firme, quizá pensó que en los
medios se iba a acobardar, no siendo así, pues le desarma al no haberle ni
templado ni obligado en ningún momento, otro derrote le pudo hacer mas pero por
suerte queda todo en otro desarme.
Y tras un macheteo y una estocada muy defectuosa, se
puso punto y final a la temporada venteña, la cual este año ha terminado algo
antes que el año anterior, y que por climatología, pudo quizá haberse alargado
algo más. No todos los aficionados, que hoy se despiden, algunos se desean
hasta buena Navidad, están por la labor de continuar con festejos así, podemos
entender carencias técnicas novilleriles pero a Madrid no los pueden traer sin
saber por dónde empezar y con estos hierros que sin mayor motivo que un fracaso
que les avala repiten hasta la saciedad.
Con un poco de suerte, además de última del año, también
última de la empresa. Aunque dicen “otros vendrán y buenos te harán”, y también
eso de “más vale lo malo conocido…” Veremos a ver. Suerte y hasta la temporada
que viene.
Rubén Sánchez Ortiz
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