jueves, 4 de octubre de 2012

Flor de Jara y la AJTE me brindaron la oportunidad de presenciar una completa tienta

Muy bien echado el palo Luis Miguel Leiro con la segunda, que metió riñones
Gracias a la invitación por parte de esta resurgida asociación juvenil y a la gentileza de la familia Aragón Cancela que abrieron sus puertas a este grupo de jóvenes pude disfrutar de una buena tarde de tienta en un enclave único como es la falda de la Pedriza, es decir la cuenca alta del Manzanares, lugar en el que se encuentra la sencilla y rústica placita de piedra que posee el hierro de Flor de Jara.



De las seis eralas iban a encargarse a caballo el picador de la casa, Luis Miguel Leiro, un gran profesional y a pie los matadores de toros Gabriel Picazo y el venezolano Califa de Aragua, junto al novillero sin caballos Ángel Sánchez.

El tentadero salió de nota, y en la tertulia de después pudimos comentar que llevan tiempo saliendo muy buenos, lo cual demuestra que además de una buena base que siempre es fundamental, ha continuado una buena labor de selección por parte de los nuevos propietarios, y es que el tiempo pasa sin darnos cuenta y los resultados son ya fruto del trabajo de Carlos Cancela. La casta estuvo presente en las seis y se me pasó el tiempo sin darme cuenta debido a la cantidad de matices que te permite sacar este encaste.

La primera de las elegidas fue la más mediana de las seis, a mi juicio, sin ser una vaca de mala nota, tuvo cosas que no me convencieron, al ser más bien distraída ante el caballo y rajarse un poco en la muleta de Picazo.

Por segunda salió una vaca que puso el pabellón bastante alto. Ni que decir tiene que en este hierro no engaña aquella vaca a la que puede faltarle fondo o cierta codicia en el caballo al ganadero, aquí a las eralas se las pegan puyazos serios, sabiendo con claridad que la que supera la prueba sabe bien que allí hay castigo y que si saca nota en la muleta, es una vaca que ha superado la tienta de verdad. Esta segunda es de las que te dejan algo dudoso, hablando de su juego en varas, ya que peleaba de brava pero tardeó más bien de mansa, es decir la vaca escarbó, olisqueó y se lo pensó hasta que acudía a los cites de Leiro, pero una vez se decidía, iba con todo, con rectitud y se quedaba empujando como si no hubiese enemigo grande, esta es de las que la alquimia del ganadero, la familia de la vaca y su buen juego, poderoso juego en la muleta hacen que el criador decida no sin darle vueltas a la cabeza. En la muleta inició comiendose los trastos, repitiendo con gran codicia, y cuando el Califa la fue sobando como podía, y la cansó un poco, la embestida agradecida y exigente, porque si algo tuvo es que pidió papeles, fue de una gran vaca ante la muleta, con muy buenas cualidades.



La superior, extraordinaria fue para mí la tercera, una vaca negra, que según salió de chiqueros fijó su viva mirada en el caballo, y tres vueltas se dio antes de ser parada, tres veces se quedó a meter riñones en el peto con gran codicia simplmente porque aquello se interponía a su camino ya que no hizo falta citarla. Una vez Ángel Sánchez la paró, ganandola inteligente el terreno y dejandola en suerte, el animal fue un espectaculo ante el caballo, que a minimo movimiento arrancaba pronta y en la rectitud a meter la cara abajo en el peto, empujando sin cansarse en cinco puyazos que ya los quisieran tomar muchos toros en la mayoría de plazas no solo por la codicia y prontitud, por la bravura, sino por el castigo que el fondo de casta, bravura y fortaleza le hicieron aguantar para después embestir por abajo y desplazandose mucho en la muleta, siendo importante, pero menos poderosa que la anterior. Una erala muy completa, he visto bastantes tientas pero no en demasiados sitios, y esta ha sido la vaca que más me ha gustado y más completa que yo he visto.

Así humillaba la tercera en la muleta de Ángel Sánchez


Por cuarta tuvo lugar una vaca que en el caballo fue a más ya que si bien los dos primeros puyazos estuvo más distraida, en el tercero y cuarto cogió mucha fijeza y apretó hasta casi colarse bajo el caballo, en la muleta fue noble y algo más de tablas, llevandose a cabo varias series cerca de chiqueros, lo que a mi modo de ver a pesar de ir a mas en varas le puso la nota negativa.

La quinta fue también buena vaca a mi gustó, fue a más en el caballo, y en la muleta siendo una vaca noble, tuvo más chispa que la anterior y no tuvo marcadas las querencias o al menos no se las ví. Lo que sí vi es que el que tuvo, retuvo y es que Gonzalo Bienvenida pidió permiso como tapia y no defraudo, he de decir que se ven pocos aficionados prácticos (gente no profesional) andando, hablando y colocandose con esa relajación y confianza en la cara de las eralas, la verdad que además de pegar varios lances buenos, estuvo inteligente dando salida con elegancia a la cárdena cuando revolvía.


Luis Miguel Leiro, picador de la casa, picando la quinta
 Daniel detrás libreta en mano
Si la tercera me gustó mucho, cosa parecida puedo escribir de la sexta, una vaca salpicada, con un tranco muy bueno, y que se pareció sin llegar a superar a mi juicio a su hermana la tercera, pues también quiso caballo desde el primer momento, quizá se la viese menos porque se dejó en suerte un poco más lejos de la medida de la vaca, que se colocó y desde allí acudió recta y sin dudar, galopando a cumplir por abajo en una buena pelea. Brava en el caballo. En la muleta una erala para disfrutar de su noble tranco y de su arrancada codiciosa que le hacia desplazarse varios metros tras cada muletazo.

La verdad que un gran tentadero, disfruté mucho, mereció la pena y desde aquí desear suerte al ganadero y su hijo Daniel que con afición y su libreta tomaba notas además de filmar esta faena de campo para no dejar dudas.

Cartujanillo.

Fotos Cristina Barba

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