Qué no cunda el desánimo

Visto lo visto, que ni las ganaderías de ciertas garantías, ni los toreros a los que la afición espera, ni los carteles...es para desanimarse, de hecho mi estado de ánimo a disminuido aumentando cierta desesperación porque si el hierro de Victorino sufre un altibajo tan fuerte, ¿qué ganado vamos a esperar con espectación? estamos hablando de que ya van muchas decepciones y que uno de los hierros más importantes de la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, se nos viene abajo como lo han echo otros...y el valor de una sangre brava puede caer en picado en escaso tiempo...pero ¿cuándo y cuánto tardará en recuperarse? y sobre todo ¿es posible? lo peor es que se te pase por la mente el que a los cárdenos se les ha sobreexplotado, abusando temporada a temporada, sin la prueba de selección que no deja de ser el lidiar novilladas.

Profundo reparo el pensar como la cabaña brava decae (más que nada el pensar que pudo evitarse) y la juventud nos quedamos sin ver la poca fiesta que quedaba...Para colmo Manuel Jesús, al que siempre esperaré, ve como sus cualidades técnico-artístico-lidiadoras, se van al traste y por si acaso en Córdoba, el señor de Caldas buscaba 5000 abonados pero con la cartelería terciaria continuará expulsando aficionados del coso.

Que no cunda el desánimo. Ésta vez el interés ha de ser unánime, no se trata de mas intereses que el común, el de defender y persistir la existencia de la Fiesta... asique no debe cundir el desánimo porque debemos ser algo vivo y con vistas adelante, y para que esto exista hace falta: Recuperar el Romanticismo y dejar de querer hacernos ricos en el mínimo tiempo posible no sea que no nos dé tiempo a malgastarlo...si por algo hemos de distinguirnos es por nuestra incesante fuente de valores como ha de ser la tauromaquia.