lunes, 2 de septiembre de 2019

Los Maños regresa a Madrid con buena nota



Regresaba la divisa aragonesa al coso venteño tras su buen debut el año pasado con una novillada desigual de presentación, variada de capas y que tuvo un denominador común en su comportamiento, el de la casta.

Abrió la tarde Aviador, que salió con muchos pies, muy codicioso, desbordante, reponiendo y repitiendo a cada lance con nervio y humillando por los dos pitones con el mismo ímpetu. Supo José Cabrera sacarlo a los medios con la capa, rematando mal su ramillete al soltar a una mano, enseñando mucho al novillo al zafarse tras la revolera. Fue mal picado, como todo el encierro en su conjunto, recibiendo una primera pescuecera y caída, de la que salió perdiendo las manos tras cumplir, tomando una segunda trasera en la que no apretó demasiado aunque se dejó pegar. Colocó los rehiletes el coletudo en un auténtico desastre con varias carreras en falso, nulo conocimiento de terrenos y teniendo siempre que tomar el olivo tras clavar, cuando clavó, poco reunido y en mal sitio, por no hablar del sin fin de lances de brega que fueron necesarios para la colocación del burel. En la muleta apenas pudo verse hasta donde llegaban las condiciones del morito, que dio atisbo de no ser fácil, pero con una humillación y recorrido que probablemente habrían sido más patentes de haberlo podido, puesto que el trasteo estuvo compuesto de dudas y falta de asiento. Despachó de estocada tendida tras dos pinchazos, siendo silenciado a la par que el novillo en el arrastre.

Cupletero lucía por nombre el segundo, humillador y con recorrido, más templado de recibo, parándose antes de repetir a cada lance, teniendo que ser citado para ello. Jorge Isiegas dejó buenos lances a la verónica y dos buenas medias. Cumplió apretando en la primera vara y dejándose pegar en la segunda, ambas muy traseras; llegando al segundo tercio tardeando, lo mismo que acusó en la muleta, más agarrado al piso y costando que repitiese, algo que sí hizo cuando el aragonés tiró de él y le provocó metiéndose en su terreno, detalle este último del que quizá abusó, ahogándolo en la corta distancia. Pudo verse buena clase por ambos pitones, humillando y con temple en los buenos muletazos que trazó el espada, aunque carentes del ajuste que le hubiese permitido un triunfo más sonoro. Mató de estocada perpendicular, escuchando ovación con saludos en el tercio y siendo también ovacionado el morlaco en el arrastre.

El tercero fue el de mayor nota de los jugados, Saltacancelas, reata conocida de la casa gracias a un toro del mismo nombre triunfador de la concurso de Vic Fezensac, que hizo su aparición también de salida humillando mucho y repitiendo. En varas asistimos a un nuevo desastre, al no agarrarse el jinete en la primera entrada, en la que empujó con mucho poder hasta que le recetó el puyazo, tomando una segunda trasera en la que cumplió. Viose una buena brega en banderillas de parte de Jesús del Monte, saludando Javier Cerrato montera en mano tras buenos pares, especialmente el tercero, de gran exposición, ante una embestida pronta, humilladora y con recorrido. La faena de Daniel Barbero estuvo bien planteada, ofreciendo distancia y con mucha firmeza, muy en novillero; variado en los inicios y en los remates, dejando entre medias buenos muletazos a los que por poner un pero quizá podrían haber sido más templados, aunque a resaltar que fue una actuación más que digna para ser su presentación, con valor y haciendo valer recursos técnicos, puesto que tenía un oponente extraordinario y encastado, con la exigencia que conlleva estar a la altura de una embestida humilladora y pronta, con recorrido y repetición como tuvo el cárdeno. La espada le privó de un triunfo más brillante al dejar un bajonazo tras aviso con cuatro pinchazos previos, saludando una ovación entre división de opiniones, no habiendo tales en el arrastre, que transcurrió entre ovación cerrada y con fuerte petición de vuelta para el santacoloma.

Secretario salió templado, fue el de peor nota del encierro, puesto que manseó en varas en las tres entradas a las que acudió, algo cambiante a la hora de acudir y muy hábil para quitarse la puya, saliendo huido de la pelea, siendo un despropósito el modo en que le fue aplicado el castigo, con picotazos muy traseros. Tardeó en el segundo tercio y se dolió con los rehiletes, llegando reservado y a la defensiva a la muleta, con casta y complicaciones que se acrecentaron por la falta de oficio y la brusquedad en los toques de José Cabrera, que despachó de pinchazo hondo.

El quinto fue aplaudido de salida por su lámina, hizo su aparición rebrincado dejándose pegar en el peto aunque con la cara alta, llegando a acudir una tercera entrada gracias a que su lidiador optó por lucirlo a la distancia, en la que metió la cara abajo, mejorando en la pelea pero de la que salió suelto tras únicamente señalar el puyazo, tras ser muy mal picado en las dos entradas previas a las que acudió con magnífica fijeza y prontitud. Frente a los de las frías, esperó agarrado al piso, teniendo que llegarle mucho cuarteando para que se arrancase. Inició faena Isiegas por el izquierdo, pitón por el que acometió con temple pero con la cara alta y sin recorrido, logrando algo de ligazón por el derecho y con la misma carencia de ajuste que en el segundo de la tarde, yendo el trasteo, que fue demasiado largo, a menos. Mató de una estocada contraria de efecto fulminante tras aviso y un pinchazo, saludando una ovación con división. Silencio en el arrastre de este Zamorano.

Con una ovación fue recibido el cierraplaza, Embajador en la tablilla, que salió con temple para los lances de recibo, quedando parado y fijo antes de la primera vara muy trasera que recibió fuerte, en la que peleó apretando, cumpliendo en la segunda con la cara abajo. Fue pronto en garapullos, apretando y cortando, haciendo hilo; llegando a la muleta con poco recorrido a un trasteo que inició por bajo, tendiendo el utrero a echar la cara alta antes de que acortase Daniel Barbero la distancia en una versión muy distinta de la ofrecida en su primero, estando siempre a merced y sin planteamiento alguno para la faena, que fue a menos, quedando las dudas de lo que pudo sacarse al cornúpeta tras poderle. Media estocada tras pinchazo que puso broche a una buena tarde de toros en la que se mantuvo el interés en todo momento. Silencio para ambos.



Gran parte de la poca afición que acudimos al coso (una lástima que con el buen debut en las nocturnas del año pasado no acudiese más personal al regreso de este hierro) nos quedamos a esperar que abandonasen el ruedo los espadas, cuadrillas y mulilleros para ovacionar al mayoral de la vacada, que salió a saludar la misma tras un buen conjunto, con hasta cuatro novillos con posibilidades muleteras, sin querencias a los adentros ni a ningún terreno en concreto, acometiendo en cualquier terreno, todos ellos prontos en varas y con una pelea sin atisbo de mansedumbre salvo en el caso del cuarto. Una ovación cuyo merecimiento probablemente vaya a ser discutido, puesto que los aficionados veteranos siempre hablaron de un mínimo de cuatro reses completas y de nota en todos los tercios para conceder ese premio, pero que quizá tenía un listón demasiado exigente y que poco a poco está tomando una medida algo más equilibrada a mi entender.

Rubén Sánchez.

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